VIDA SALUDABLE - 26 de noviembre de 2020
O, dicho de otra forma, ¿sabemos realmente cuál es la postura correcta tanto para defecar como para sentarnos en la mesa y comer?
En muchas ocasiones, los avances en tecnología, las nuevas costumbres y los hábitos modernos han ido en detrimento de nuestra salud. En el caso de hacer deposiciones, seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar a vuestros padres y abuelos de cómo eran antes los aseos o letrinas. A priori, todos al oír como se defecaba antes, podemos pensar: “Qué asco”, “Que poco higiénico”, “Qué incómodo”. Sin embargo, esta posición era mucho más efectiva y saludable a la hora de lograr una correcta evacuación. El tubo digestivo no sufría y la gente iba al baño de forma más regular, lo que mejoraba su salud en gran medida.
Ahí está la clave, a la hora de ir al baño, nos hemos acostumbrado a estar cómodos, sentados en nuestra taza, sin embargo, esta posición dobla el extremo inferior del colón, lo cual exige un importante esfuerzo muscular para evacuar los intestinos.
Hoy quiero compartir con vosotros este tema tan escatológico pero que no deja de ser un tema muy importante para gozar de una buena salud. Nuestro cuerpo necesita defecar para eliminar las heces y las toxinas del organismo y expulsar así los deshechos que ya no lo sirven del proceso digestivo, por tanto, todos los obstáculos que le pongamos irán en contra de nuestra salud.
La posición ideal para el cuerpo es una flexión de cadera como en la posición de cuclillas, con las rodillas más altas que las caderas e inclinando la columna hacia delante. El colón se alinea naturalmente con el recto y el ano que se abre por completo y no requiere esfuerzo alguno.
Puedes ayudarte apoyando los pies en una caja de zapatos o en los alzadores que venden especialmente para estos casos. Esta posición ayuda a los esfínteres anales y permite una evacuación correcta. Si os acostumbráis a hacerlo de esta manera, veréis cómo mejoran vuestras deposiciones, invertiréis menos tiempo en el baño y por supuesto, mejorará vuestra salud.
¿Y qué pasa a la hora de comer?
Esta acción que realizamos a diario también requiere una buena postura. En mi caso, antes comía siempre en la mesa de centro del salón, la que está alineada con los sofás y solo utilizábamos la mesa de comedor cuándo venían visitas.
Esta costumbre aparentemente tan inofensiva ha hecho que mis digestiones se vuelvan más pesadas, más lentas, que muchos alimentos me sienten mal y también aumentaba mis gases. Para comer tenía que incorporarme hacia delante, en una posición antinatural, oprimiendo mi abdomen. Desde hace unos meses, he cambiado este hábito y como todos los días en la mesa del comedor, sentada en una silla, con la postura correcta y he notado una gran mejoría, por eso quería compartir con vosotros algunas claves de este cambio.
Parecen pequeños cambios, pero creedme cuando os digo que, si vuestro problema son las digestiones lentas, el estreñimiento o los gases, si ponéis en práctica mi propia experiencia veréis como cambia vuestro cuerpo y os sentís mucho mejor.
Redactado por:
Cristina Lucerón