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Consejos para una piel sana en invierno

VIDA SALUDABLE - 12 de enero de 2024

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, nos protege de infecciones, regula la temperatura corporal y nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos. Por eso, es importante cuidarla durante todo el año, pero especialmente en invierno, cuando está más expuesta a determinados elementos y es más vulnerable.

Con las bajas temperaturas coinciden varios factores que pueden dañar la piel. El frío puede resecarla y hacer que se agriete, el viento también puede resecar la piel y causar irritación, mientas que la calefacción puede secar el aire, lo que provoca irritación y sequedad.

A la hora de elegir productos que cuiden la piel, es importante distinguir los diferentes tipos de pieles, ya que cada una de ella requiere unas necesidades específicas:

  • Piel seca: no puede retener la humedad adecuadamente y es más propensa a la deshidratación, sequedad y descamación.
  • Piel grasa: produce demasiado sebo, lo que puede provocar la aparición de acné y otros problemas.
  • Piel mixta: se compone de zonas secas y zonas grasas.
  • Piel sensible: es propensa a la irritación y las alergias.

 

Existen infinidad de productos que nos ayudan a proteger y cuidar la piel, pero los más comunes según sus beneficios son:

  • Cremas hidratantes, que ayudan a mantener la humedad de la piel y evitar la sequedad.
  • Exfoliantes: eliminan las células muertas y mejoran la absorción de los productos hidratantes.
  • Protectores solares: resguardan la piel de los rayos UV, causantes del envejecimiento prematuro.
  • Antioxidantes: protegen la piel de los daños causados por los radicales libres.

 

Para cuidar la piel en invierno, es importante seguir los siguientes consejos:

  • Exfoliar la piel una o dos veces por semana para eliminar las células muertas.
  • Hidratar la piel con frecuencia con una crema hidratante adecuada para el tipo de piel. No hay que olvidar hidratar la piel también por dentro, y beber al menos 2 litros de agua diarios.
  • Utilizar un protector solar con un factor de protección solar de al menos 30, incluso en días que no haya sol.
  • Protegerse del frío y el viento utilizando bufandas, guantes, sombreros y gorros.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura y evitar poner la calefacción a temperaturas muy altas.
  • En casa, usar un humidificador para aumentar la humedad del aire.
  • Evitar fumar y beber alcohol, ya que pueden dañar la piel.
  • Comer una dieta saludable, que incluya frutas, verduras y cereales integrales.

Con estos consejos, podemos ayudar a mantener la piel sana y radiante durante todo el invierno. Y recuerda que, ante cualquier síntoma de la piel, como sequedad excesiva, descamación, irritación, enrojecimiento, picazón, hinchazón o aparición de ampollas, es importante acudir a la consulta de tu dermatólogo.

 

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