SALUD PULMONAR - 21 de enero de 2022
Si eres fumador/a (o mejor dicho, tienes el hábito de fumar) y estás leyendo esto, darte la bienvenida y la enhorabuena a esa parte de ti que parece estar interesada en conocer más acerca del proceso de dejar de fumar y se plantea con más o menos firmeza dejar este hábito tan arraigado en la sociedad.
Si por el contrario no eres fumador, y solo te pasabas a curiosear, también es un placer poder compartir contigo una serie de preguntas que no sólo se aplican a dejar de fumar, sino que son de utilidad a la hora de iniciar cualquier cambio en rutinas y hábitos.
Comencemos. Lejos de lo que pueda parecer, tomar la decisión de dejar de fumar es un proceso difícil y cargado de ambivalencia. Aun teniendo en cuenta la infinita lista de los efectos dañinos del tabaco sobre nuestra salud, estas consecuencias perjudiciales son solo probables y a largo plazo, mientras que el esfuerzo y malestar inicial a la hora de dejar de fumar es algo asegurado y en el corto plazo.
Esta ambivalencia en la que “quiero dejar de fumar, pero a la vez no quiero dejar de fumar” nos conduce casi siempre a intentonas y puestas en acción con un gran arranque de motivación al inicio pero que poco a poco se difumina hasta que caemos de nuevo en el famoso cigarro “por uno no pasa nada” y vuelta a empezar.
Entonces, ¿qué está fallando?
Podríamos decir que el error más común a la hora de dejar de fumar (y con frecuencia a la hora de iniciar muchos otros hábitos) es empezar sin hacer un proceso de autorreflexión previo. Comprarnos libros, parches de nicotina, tirar el tabaco, pedirle a nuestro/a conviviente que no fume delante para evitar la tentación, entre otras estrategias, pero sin un proceso de introspección en el que conectemos con nuestros motivos propios para dejar de fumar. En otras palabras, comenzar la casa por el tejado sin unos cimientos sólidos sobre los que empezar a construir.
Para abandonar el hábito de dejar de fumar con éxito es importante que esta decisión personal esté asentada en un proceso de reflexión en el que tengamos muy claro para qué queremos dejar de fumar.
Pero, ¿cómo no vamos a tener claro el motivo si es tan nocivo para nuestra salud? Es cierto que todos/as conocemos en mayor o menor medida los efectos dañinos del tabaco pero, por sorprendente que pueda sonar, a veces la salud como motivo general no nos resulta suficiente. Dejar de fumar porque “se debe”, “me insiste mi familia” o por “salud general” no suele funcionar, sino que es necesario conectar con nuestros motivos más personales.
Por ello y como conocemos la frecuencia de este error, os recomendamos que cojáis lápiz y papel y os planteamos 4 preguntas fundamentales a contestar antes de iniciar un proceso de dejar de fumar (o como decíamos, también útil en la implementación de cualquier otro hábito).
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria