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La otra huella de la psoriasis

SALUD DE LA PIEL - 21 de enero de 2022

La psoriasis es una enfermedad de la piel que acelera el proceso natural de generación de células cutáneas provocando una acumulación de células sobre la superficie de esta.

En España, esta enfermedad afecta al 2.3% de la población, y aunque suele aparecer entre los 15 y los 35 años, puede surgir a cualquier edad. Se trata de una enfermedad no contagiosa, pero sí que es cierto que podría transmitirse de padres a hijos.

La psoriasis se puede manifestar de formas diferentes. Podemos encontrar varios tipos: en placas (de forma de escama), en gotas (más pequeñas que las placas y en forma de gota), inversa (causando manchas lisas de un color rosa intenso), eritrodérmica (con una erupción cutánea rojiza y con desprendimiento en la piel), pustulosa (con ampollas llenas de pus), y psoriásica (con síntomas de la psoriasis normal y además afectando a las circulaciones, de hecho, el 30% de los pacientes con psoriasis desarrollan este tipo pasado el tiempo). La psoriasis de cuero cabelludo también es muy frecuente: consiste en una descamación que parece una caspa más gruesa de lo normal sobre una zona roja del cuero cabelludo, y además suele ir acompañada de picor. No produce alopecia (pérdida del cabello), y se puede confundir con la dermatitis seborreica.

Pero la psoriasis no es una enfermedad que daña únicamente la piel, sino que deja huella también en las personas afectándolas de forma psicológica. El 61% de los pacientes afirma que la psoriasis perjudica también a aspectos de su vida cotidiana, principalmente a sus relaciones sociales:

  • El estado de ánimo se ve alterado ya que esta enfermedad puede provocar un shock emocional inicial ante el diagnóstico crónico de la patología.
  • La autoestima también se ve dañada ya que puede provocar un rechazo hacia el propio cuerpo y la enfermedad pudiendo alterar la autoimagen.
  • En las relaciones íntimas también infiere esta patología ya que las lesiones cutáneas suelen ser muy habituales en las zonas genitales. Se disminuye la capacidad de satisfacción y el 20% de los pacientes asegura que la psoriasis afectó a sus relaciones sexuales de manera notable.

Presentar nerviosismo o inquietud también es común. El que no exista un tratamiento definitivo para erradicar esta enfermedad puede provocar ansiedad en los pacientes.

Además, la psoriasis puede generar posibles alteraciones en el sueño de los pacientes ya que las rojeces y las grietas causan picor. También de esta forma se ve afectada la capacidad de concentración.

Pero pasa a ser un problema mayor cuando el paciente también ve influida su carrera profesional: las personas que se dedican a oficios que presencian cara al público o aquellas que manipulan alimentos son los más afectados.

Numerosos estudios demuestran que la psoriasis puede ser un factor de riesgo para la aparición de depresión, de hecho, esto puede empeorar la propia enfermedad provocando más rojeces.

Debido a estos problemas emocionales y anímicos que genera la patología, es recomendable que los pacientes se dirijan también a los profesionales de la Salud Mental para ayudarles a gestionar los problemas psicológicos y psiquiátricos.

 

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