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¿Cómo adaptar mis hábitos de alimentación a mi enfermedad de Crohn?

ENF. DE CROHN - 28 de enero de 2022

Seguro que cada vez estás escuchando más y más hablar de enfermedades gastrointestinales, más concretamente, de las enfermedades relacionadas con la inflamación del intestino como es el caso de la Enfermedad de Crohn.

¿Crees que una mala alimentación puede ser la causa? ¿El estrés afecta? ¿Se tiene que seguir una dieta especial? En el artículo de hoy queremos que conozcas un poco más esta enfermedad, cómo se desarrolla y su intervención dietética.

La Enfermedad de Crohn es una afección autoinmune, es decir, es el propio sistema de defensa del cuerpo quién produce la inflamación y lesión de distintas zonas del aparato digestivo, siendo el intestino la más frecuente.

 

¿Pero qué factores intervienen para que el cuerpo empiece a luchar consigo mismo?

Pese a los avances en investigación de los últimos años, aún se desconoce con exactitud el causante de esta enfermedad. No se trata de un solo factor desencadenante, sino que intervienen factores genéticos, ambientales como hábitos alimentarios, higiene y estrés, alteraciones de la microbiota intestinal de la que ahora oímos tanto hablar y también de la propia respuesta inmune del cuerpo. Ciertos estudios coinciden que cambios en el estilo de vida de los países desarrollados y en vías de desarrollo han contribuido en un aumento en la prevalencia mundial de esta enfermedad.

 

¿Si me han diagnosticado esta patología tengo que seguir una dieta concreta?

La Enfermedad de Crohn cursa con brotes de actividad y periodos de remisión. Nos gustaría darte unos consejos generales:

  • Presta atención a cómo tu cuerpo le sienta cada alimento.
  • No hagas restricciones alimentarias drásticas, ya que esto puede provocar déficits de nutrientes.
  • Dedica tiempo a comer, mastica bien los alimentos y trata de reposar después de las comidas para facilitar la digestión.
  • Fracciona las comidas para que sean menos copiosas y así evitar que el intestino trabaje de más.

Cuando la enfermedad se activa y empiezan los síntomas como el dolor abdominal y las diarreas, será cuando deberás hacer más hincapié en qué alimentos comer, teniendo en cuenta la severidad del brote y la extensión de tracto digestivo afectada.

En este caso, se buscará hacer una dieta de muy fácil digestión pero que sea suficiente en calorías. Se evitarán puntualmente alimentos con fibras insolubles (cereales integrales y legumbres) y aquellos con grasas animales y saturadas (carne roja, quesos secos, embutidos, bollería, mantequilla…). Además, si hay diarrea presente, se recomendará retirar también la lactosa y el gluten.

Una vez finalizado el brote, en la fase de remisión, deberás procurar llevar una dieta lo más equilibrada posible, para evitar posibles déficits, siempre teniendo en cuenta si existe alguna intolerancia a algún alimento en específico.

Recuerda que un seguimiento profesional puede ayudarte a convivir mejor con esta patología y mejorar tu calidad de vida, puesto que no hay una única intervención se debe individualizar cada caso, ¡ya que cada intestino es un mundo!

Redactado por:

Sandra Ruiz Maymó

Dietista-Nutricionista en Alimentación 3S. Nº Col. MAD00952

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