CÁNCER DE COLON - 24 de septiembre de 2021
Desde pequeños siempre hemos escuchado que la mejor arma para combatir las enfermedades es llevar una buena alimentación y, en general, un estilo de vida activo y saludable. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), por ejemplo, afirma que incluir alimentos ricos en fibra, vitamina C y vitamina D, es una forma eficiente de contribuir a la prevención del cáncer de colon. Si bien es cierto que lo que comemos tiene un efecto directo en la salud, un nuevo estudio demuestra que existen personas que, debido a su predisposición genética, se puede beneficiar más o menos en la prevención de cáncer colorrectal.
La investigación llamada "Estilos de vida saludables, modificadores genéticos y riesgo de cáncer colorrectal: un estudio de cohorte prospectivo en el Biobanco del Reino Unido" indica que las personas con una puntuación alta de riesgo poligénico de cáncer de colon podrían beneficiarse más en la prevención de la enfermedad llevando estilos de vida saludables que aquellas con un riesgo genético más bajo.
Poligénico significa más de un gen. La predisposición a tener ciertas enfermedades está controlada por la combinación de muchos genes. Según el Instituto Nacional del Cáncer, una puntuación de riesgo poligénico es una evaluación que mide las probabilidades de una persona de desarrollar una enfermedad basándose en la influencia colectiva de muchas variantes genéticas.
El estudio, publicado en la revista biomédica The American Journal of Clinical Nutrition, analizó los datos de miles de participantes y encontró que adoptar hábitos de vida saludables reduce el riesgo de cáncer colorrectal en un 40% en personas con una alta probabilidad genética de contraer la enfermedad. Por otro lado, se observó que las probabilidades para las personas con un riesgo genético bajo se redujeron en un 25%.
Gracias al análisis, los investigadores encontraron que las personas con un mayor riesgo genético y un estilo de vida poco sano tienen tres o más veces posibilidades de contraer cáncer de colon que las que presentan un bajo riesgo genético y practican hábitos saludables.
Los resultados se basaron en el índice cintura-cadera, la actividad física, el tiempo de sedentarismo, la ingesta de carne procesada y roja, de verduras y frutas, y el consumo de alcohol y de tabaco.
“Los resultados de este estudio podrían ser útiles para diseñar estrategias de prevención personalizadas para la prevención del cáncer colorrectal”, explica el doctor Wei Zheng, director asociado de Investigación en Ciencias de la Población en el Vanderbilt-Ingram Cancer Center.
Hay que destacar que esta reciente publicación es de las pocas que cuantifica las posibles interacciones del estilo de vida general con la susceptibilidad genética al cáncer de colon.
Las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal pueden ser las más beneficiadas de las pruebas genéticas. Sin embargo, La Sociedad Americana Contra el Cáncer advierte de que estos análisis no son perfectos y podría ser que no proporcionen resultados claros para todos. Por esta razón, se recomienda reunirse con un profesional de la genética antes de decidir si hay necesidad de realizarse el examen de genes.
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