DÉFICIT DE ATENCIÓN - 3 de abril de 2022
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes durante la niñez, la etapa en la que se diagnostica con más frecuencia.
Esta afección crónica afecta a millones de niños en todo el mundo, que pueden encontrarse con problemas para concentrarse en las tareas escolares y prestar atención de forma sostenida en el tiempo, controlar sus impulsos o su exceso de energía. Pero ¿pueden los adultos sufrir también TDAH?
El 2,8% de la población adulta padece un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, según datos del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. La realidad es que, pese a situarse en el imaginario colectivo como una patología de carácter infantil, el TDAH persiste durante la edad adulta del 30 al 50% de las ocasiones.
En algunos casos, el diagnóstico se produce una vez pasada la adolescencia. El reconocimiento de este trastorno en una etapa más madura puede servir para que la persona obtenga explicaciones acerca de su historia personal y de ciertos comportamientos que le pueden haber generado sufrimiento o haberle puesto en peligro en el pasado. En cualquier caso, un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el control de este trastorno.
Estos son algunos de los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad que se pueden manifestar en los adultos:
El TDAH en adultos puede afectar a la vida del paciente en forma de relaciones personales inestables, mal desempeño laboral o baja tolerancia a la frustración. A veces, se pueden producir cambios de humor, arrebatos de ira o episodios de impaciencia al esperar en una cola o conducir en un entorno con mucho tráfico, por ejemplo.
Muchos adultos con este trastorno no están diagnosticados. Simplemente perciben que las tareas cotidianas a veces les resultan difíciles o que no son capaces de controlar sus impulsos. El TDAH puede resultar difícil de diagnosticar en la edad adulta, ya que sus síntomas son similares a los de afecciones de salud mental de alta prevalencia en la actualidad, como la ansiedad o la depresión.
Generalmente, el tratamiento para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad combina el uso de medicamentos con asesoramiento psicológico por parte de un profesional (psicoterapia), en forma de terapia conductual.
Este tipo de terapia persigue el control del comportamiento para un mejor desempeño en el ámbito cotidiano. Algunos pacientes pueden no superar del todo los síntomas que acompañan al TDAH, pero pueden valerse de estrategias que minimicen los efectos en su vida.
El objetivo actual de la comunidad médica se sitúa en una mayor detección de este trastorno para que el paciente pueda acceder a los potenciales beneficios de un tratamiento.
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