logo
Inicio > Noticias > esclerosis lateral > > Descubren un patrón entre el metabolismo alterado de las grasas y la ELA

Descubren un patrón entre el metabolismo alterado de las grasas y la ELA

ESCLEROSIS LATERAL - 3 de abril de 2022

En el verano de 2014 se hacía viral el “Ice Bucket Challenge”, un reto de redes sociales en el que los usuarios vertían un cubo de agua helada sobre sus cabezas. Mucha gente lo consideró un invento pasajero para nutrir de contenido las cuentas de Instagram y entretener a la audiencia, pero su propósito era dar visibilidad a una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la medula espinal conocida como Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Más allá de campañas de concienciación, esta enfermedad ha sido objeto de estudio durante los últimos años para conocer cómo afecta al paciente en aras de encontrar una cura.

Una de estas investigaciones es la que ha llevado a cabo la Universidad Johns Hopkins Medicine de Estados Unidos en ratones modificados, para conocer el volumen de sustancias químicas asociadas al metabolismo de las grasas que generan los pacientes de ELA. El estudio, que se centró en las vías genéticas que intervienen en el procesamiento de las grasas por parte de las células motoras de la médula espinal, descubrió que, en comparación con las personas sin ELA, las que padecen el trastorno tienen unos niveles 2,5 veces superiores de un lípido que se encuentra habitualmente en las partes grasas de la carne y el pescado, y que se sabe que estimula los procesos inflamatorios necesarios para reparar heridas o daños en los tejidos.

Los resultados de la investigación reflejaron que, al manipular la vía de este lípido en ratones criados para desarrollar las características biológicas de la ELA, se podían reducir los síntomas de debilitamiento muscular característicos de la enfermedad, experimentando un aumento del 20% al 25% en la fuerza de agarre, y prolongar su supervivencia de dos a tres semanas.

Los científicos utilizaron ácido cafeico, un compuesto antiinflamatorio que se encuentra de forma natural en el café, el té, los tomates y el vino, para frenar la vía de este lípido, pero advierten que los enfermos de ELA no deben apresurarse a tratarse con esta sustancia, que se vende como suplemento dietético no regulado.

Aunque los pacientes con ELA pierden la mayor parte de su control muscular a causa de las neuronas motoras espinales dañadas, por lo general aún pueden controlar sus movimientos oculares: es por ello que el estudio de la Johns Hopkins también se basó en un análisis de las diferencias genéticas potencialmente importantes entre las neuronas oculares libres de la enfermedad y estas neuronas motoras espinales dañadas por la ELA. Así es como los científicos encontraron más actividad en los genes que controlan el metabolismo de los lípidos, el proceso en el que las células procesan la grasa, y confirmaron que las neuronas motoras espinales de las personas con ELA contenían cantidades y tipos de lípidos completamente diferentes a los de las neuronas oculares.

A pesar de que sean necesarios muchos más estudios para determinar qué sustancias químicas pueden administrarse con el propósito de encontrar nuevas opciones terapéuticas, contribuciones como esta sirven para que en un futuro podamos hablar de una cura de la ELA.

 

Fuentes:

Redactado por:

Conectando Pacientes

¿Te ha gustado esta noticia? Comparte:

audicion_sana_mobile_home