DÉFICIT DE ATENCIÓN - 11 de febrero de 2022
El TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos que con más frecuencia se ha detectado entre la población infantil y adolescente en los últimos años, situándose la prevalencia entre la población más joven en España en torno a un 5%, según diversos estudios. Con un origen neurobiológico, ha habido muchos debates en torno al TDAH, puesto que su diagnóstico es complicado por la similitud de los síntomas con otras patologías o con comportamientos habituales en los niños totalmente sanos.
Las investigaciones realizadas a lo largo de las últimas décadas apuntaban a que aproximadamente la mitad de los pacientes superaban el trastorno cuando llegaba la edad adulta. Sin embargo, tal y como lo ha demostrado un reciente estudio de la Universidad de Washington, tan solo el 10% de las personas a las que diagnosticaron el TDAH en la infancia consiguen superarlo en la madurez. Por el contrario, el TDAH se manifestaría a lo largo de esta etapa de formas distintas a las reconocibles durante la niñez y estaría más o menos presente según los altibajos vitales. “Aunque en la mayoría de los casos cabe esperar períodos intermitentes de remisión, el 90% de los niños con TDAH del ‘Estudio de Tratamiento Multimodal del TDAH’ siguieron experimentando síntomas residuales en la edad adulta”, explicaron los autores de la investigación publicada en la revista ‘American Journal of Psychiatry’.
Por tanto, es preciso reivindicar la importancia de la atención a los síntomas potenciales del TDAH durante el desarrollo de toda la vida. Estos suelen estar clasificados en dos grupos: la falta de atención (que potenciaría la desorganización, el olvido y la dificultad para mantener la concentración a la hora de realizar una tarea concreta) y la hiperactividad e impulsividad.
Durante la infancia estos indicios suelen exteriorizarse a través de una alta cantidad de energía, mientras que en los adultos se manifiesta en mayor medida como impulsividad verbal, dificultad para tomar decisiones o realización de acciones sin pensar antes de actuar. Pero, en términos generales, puede generar problemas en diversos ámbitos, pues es poco habitual encontrar un TDAH puro que no esté ligado a otros problemas añadidos. Esto implica que el trastorno afectará habitualmente al desarrollo social, emocional y cognitivo (aunque las dificultades más extendidas sean las de aprendizaje y comportamiento).
Pese a que los investigadores aún no han logrado detectar las causas de la reaparición del TDAH en la madurez, los expertos consideran que el estrés, los entornos inadecuados y los malos hábitos asociados a dormir mal, tener una alimentación poco saludable y la falta de ejercicio físico, pueden favorecer este retorno. Paralelamente, el hecho de que hasta ahora se considerase que prácticamente la mitad de los pacientes ya no cumple los criterios del trastorno en la edad adulta se debe a que las personas pueden adquirir sus propios “hábitos saludables” y, por tanto, desarrollar su vida sin que los rastros de TDAH interfieran notablemente en ella. No en vano, la forma de enfrentarse al trastorno durante la niñez influye notablemente en la personalidad futura del individuo, por lo que trabajar el autoconcepto y vencer la frustración, así como la sensación de fracaso, son objetivos vitales para estos pacientes. Asimismo, estos son los motivos por los que los especialistas recomiendan buscar ayuda profesional tan solo cuando los síntomas supongan un impedimento para la persona en su trayectoria vital cotidiana; es decir, cuando afectan al funcionamiento emocional, cognitivo y conductual de la persona.
Para evitar la llegada al punto límite en que es necesario el tratamiento farmacológico, las técnicas de meditación o mindfulness pueden ser muy efectivas. En este sentido, las herramientas de meditación consciente que se utilizan precisamente para centrar la atención, además de ayudar a regular las emociones, contribuyen significativamente a mejorar la gestión de la frustración y a controlar la impulsividad. En sintonía con estas características, el mindfulness es útil para fomentar la toma de decisiones.
Distintas universidades y centros de investigación internacionales han avalado sus beneficios a la hora de reducir la medicación que toman los niños y niñas con TDAH y de confirmar el progreso que les supone a nivel académico y personal. Además, la iniciativa que la Asociación Española de Mindfulness y Compasión (AEMIND) ha llevado a cabo para introducir la meditación en una serie de colegios ha demostrado ser muy beneficiosa en diversos ámbitos para los alumnos, llegando a observarse una mejora en las calificaciones de estos aparejada a la utilización de esta herramienta que cultiva la inteligencia emocional.
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