DÉFICIT DE ATENCIÓN - 26 de septiembre de 2019
¿Qué influye más en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad: la genética o los factores medioambientales? Los investigadores coinciden en que ambos factores contribuyen por igual para explicar esta dolencia. Un estudio, realizado ahora por científicos rusos, contribuye a acotar un poco más el peso de la genética en este trastorno. Los investigadores rusos analizaron los genomas de varias familias con miembros afectados por TDAH y concluyeron que todos los pacientes compartían características específicas en algunos genes. El trabajo, que ha sido publicado por la revista Molecular Psychiatry, puede ser útil para detectar la predisposición genética a padecer un trastorno que en España afecta a entre el 2% y el 5% de la población infantil.
Ya te hemos contado en anteriores artículos que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, más conocido por sus siglas TDAH, es una dolencia que incide sobre el desarrollo neurológico y que suele presentarse en la infancia. Así, los niños que la sufren tienen dificultades para concentrarse, se distraen con facilidad y suelen ser hiperactivos e impulsivos.
Los mecanismos etiológicos que originan el TDAH son aún desconocidos, pero los científicos rusos apuntan una posible explicación. Los autores del estudio creen que este trastorno puede estar originado por alteraciones en la estructura de los genes que codifican las proteínas que participan en la transmisión de señales en el sistema nervioso. Estas modificaciones afectan, según el estudio ruso, a dos neurotransmisores, la serotonina y la dopamina, que desempeñan un papel fundamental en los procesos de atención, motivación y aprendizaje a edades tempranas de la vida.
Los científicos llegaron a estas conclusiones tan analizar raras variantes en el genoma de varias generaciones de familias que tenían distintos miembros afectados por este trastorno. Entre los genes que se estudiaron, destacan dos: el Aaed1 y el Atad2.
El Aaed1 produce una proteína que, unida a otras, desempaña un papel importante en la transmisión dopaminérgica y glutamatérgica. Este gen puede contribuir a explicar las alteraciones del comportamiento tan habituales en los niños con TDAH.
El otro gen estudiado, el Atad2, es bastante desconocido, pero los investigadores piensan ahora que también guarda relación con el TDAH, hasta el punto de ser considerado como un factor de riesgo.
Los autores del estudio señalan que su importancia es haber descubierto nuevas variantes raras asociadas a un mayor factor de riesgo para el desarrollo de TDAH. Sus conclusiones pueden resultar de utilidad para conseguir un diagnóstico temprano de una patología que a menudo se detecta tarde.
El TDAH, del que todavía se desconoce mucho, es uno de los trastornos más prevalentes dentro de la Psiquiatría Infanto-Juvenil. Comienza a revelarse antes de los 7 años; en más del 80% de los niños continuará en la adolescencia, y entre el 30 y el 65%, también durante la edad adulta. Comprender mejor los mecanismos patológicos de este trastorno puede contribuir, a largo plazo, a mejorar la calidad de vida de los niños y adultos que conviven con él.
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