MIGRAÑA - 26 de marzo de 2020
Existen muchos y muy distintos tratamientos contra la migraña, desde los antinflamatorios o AINES y analgésicos, hasta los medicamentos ergóticos y los triptanes. Precisamente, este último tipo es el que, hoy por hoy, se considera una de las opciones terapéuticas más recomendables, pero ¿qué son exactamente los triptanes y por qué se consideran un tratamiento adecuado para hacer frente a esta patología?
Los triptanes son un grupo de fármacos destinados al tratamiento agudo de la cefalea migrañosa con o sin aura y ataques de cefalea en racimos, además de para aliviar el dolor y otros síntomas con los que tienen que lidiar los pacientes que las sufren. Gracias a su alta efectividad y su rápida respuesta de actuación, las personas con migrañas consiguen una gran mejora en su calidad de vida. Por otro lado, hay que destacar que, aunque no sean demasiado conocidos entre la población general, este tipo de fármacos aparecieron en 1990 cuando se desarrolló el sumatriptán, el primero de los siete tipos que existen en la actualidad.
Se aconseja que el tratamiento con triptanes comience lo antes posible tras el inicio de la cefalea migrañosa, aunque también es eficaz si se administra en una etapa posterior. De esta forma, el paciente se recuperará y podrá volver a la normalidad de manera más temprana.
Este tipo de fármacos se pueden encontrar de diversas formas, ya sea en tratamiento oral, inyectable, o bien, en pulverizadores nasales. Esta última, destaca por la comodidad de uso.
Algunos tipos de dolor de cabeza, como la cefalea en racimos, se caracterizan porque suelen ser de corta duración y de una gran intensidad, por lo que requieren un tratamiento de rápida acción. Una de las ventajas de los triptanes es que pueden administrarse por vía nasal.
Los triptanes administrados por vía nasal se hacen notar apenas pasados 15 minutos desde la primera dosis. Si la respuesta no es completa y los síntomas no remiten, se puede tomar una segunda dosis, pero nunca antes de que pasen dos horas desde la primera, siempre sin superar la dosis máxima indicada. Otra ventaja que conviene destacar es que, en los casos en los que la migraña va acompañada de mareos y vómitos, al no tomarse por vía oral, no existe el riesgo de que el paciente vomite el medicamento antes de que pueda hacer efecto.
Como siempre te pedimos desde Conectando Pacientes, antes de recurrir a la automedicación (una práctica nada recomendable especialmente con este tipo de fármacos) acude a tu médico o especialista para que te asesore y recete el tratamiento que mejor se adecúe a tu caso.
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