VIDA SALUDABLE - 23 de marzo de 2020
Preocupación constante, pensamientos en bucle, dificultad para concentrarnos, insomnio, tensión muscular, hambre o falta de apetito…Todos ellos son indicadores de ansiedad. Una emoción con la que muchos de nosotros/as convivimos diariamente desde las últimas semanas y con la que tendemos a intentar “luchar”, “combatir” o “controlar”.
El abanico emocional que podemos sentir en estas circunstancias de crisis es muy amplio y la ansiedad forma parte del mismo como una emoción (que, aunque desagradable) es comprensible, natural y adaptativa. El objetivo no debe ser eliminarla sino aceptarla y aprender a gestionarla para que no me impida funcionar en mi día a día.
A continuación, se detallan las principales claves para regular la ansiedad durante el periodo de cuarentena:
Las grandes protagonistas de esta crisis son la incertidumbre y la sensación de falta de control. Como reacción, nos bombardeamos constantemente de información, que en muchas ocasiones proviene de redes sociales y no ha sido contrastada. El primer paso fundamental es ser críticos, leer solo información de fuentes oficiales y dosificar su búsqueda.
De nuevo, ante la incertidumbre exterior, debemos buscar nuestra propia sensación de control. Lo que se traduce en estructurar una rutina que me aporte tranquilidad y seguridad.
Muchas de las actividades que realizamos en nuestra vida diaria funcionan como reguladores y canalizan nuestras emociones. Debemos explorar cuáles eran las actividades que nos “sostenían” en nuestro día a día y adaptarlas a una versión en casa.
Si, por ejemplo, solíamos salir con amigos/as, las videollamadas diarias para nosotros/as serán esenciales. O si, por el contrario, tendíamos a pasar mucho tiempo a solas, es el momento de negociar con el resto de la familia esos espacios personales y dedicarnos unas horas del día.
¿Qué hábitos eran importantes en tu día a día?
Evita desestructurar los horarios de sueño, ya que es uno de los pilares en la regulación de nuestros estados emocionales.
La incorporación de actividad física merece una mención especial, ya que si antes era importante en nuestra vida diaria, ahora resulta necesaria: Regula la ansiedad y el estado anímico mediante la secreción de endorfinas, nivela el gasto calórico y ayuda a equilibrar el sueño.
Puede ser una buena oportunidad para probar nuevas opciones, desde videos guiados hasta clases grupales online.
La tendencia a callarnos nuestros temores por no preocupar a los demás está enormemente extendida. Sin embargo, las recomendaciones profesionales pautan todo lo contrario. En primer lugar, porque comunicando nuestras preocupaciones las desactivamos, relativizamos y nos calmamos. En segundo lugar, porque abrimos la puerta a que las personas de nuestro entorno también busquen desahogo. Es esencial apoyarnos emocionalmente y comunicar aquello que nos produce angustia.
Las técnicas de relajación y meditación son uno de los elementos principales en la gestión de la ansiedad, pudiendo ser un muy buen aliado.
La ansiedad por el posible contagio del virus nos lleva a prestar excesiva atención a las sensaciones corporales en busca de síntomas. Este constante autochequeo incrementa los niveles de ansiedad, provocando que se somaticen y se confundan algunos síntomas nerviosos con los del propio virus, como la sensación de ahogo. Debemos cortar este círculo vicioso y reenfocar la atención en el exterior.
Una tarea complicada pero muy útil es esforzarse en buscar aspectos positivos y nuevos aprendizajes de la situación. ¿Hay algún cambio que te haya ayudado? Es importante la reinterpretación de la cuarentena como una oportunidad para recuperar actividades que habíamos dejado atrás y elaborar una lista de tareas y actividades de ocio que podamos aprovechar a realizar.
Si aun intentando aplicar las pautas se te hace cuesta arriba, buscar ayuda profesional es muy buena opción. Hay numerosos profesionales disponibles de forma online que pueden ayudarte a gestionar la situación y personalizar las pautas que puedas necesitar.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria