VIDA SALUDABLE - 18 de marzo de 2020
Además de la incertidumbre por no saber con exactitud cuánto tiempo va a durar el confinamiento y de cómo va a evolucionar la situación día a día, hay quienes ven en su dieta una preocupación. Sin embargo, es una oportunidad única para conseguir enderezar la rutina alimentaria y, de una vez por todas, conseguir llevar un estilo de vida saludable.
Generalmente, la cocina casera siempre ha tendido a ser una opción más sana que la que podemos encontrar en cualquier bar o restaurante. Como os hemos contado en anteriores ocasiones, la variedad de los alimentos que consumas es algo fundamental para que tu dieta sea saludable. Para mantenernos en buen estado, nuestro cuerpo necesita 40 nutrientes diferentes y ningún alimento puede aportárnoslos por sí solo.
A la hora de hacer la compra, planifica las comidas y prepara la lista de la compra teniendo esta idea en mente. Aunque es recomendable evitar la improvisación, siempre es buen momento de probar cosas nuevas y aprender nuevas recetas con muchos ingredientes diferentes.
La fruta, la verdura y el agua han de copar tu dieta diaria. Los nutricionistas recomiendan tomar entre 5 y 7 raciones diarias de vegetales cada día. Cuanto más frescos y naturales se encuentren, mejor. Evita, por tanto, los envasados y los zumos preparados. Tampoco te olvides de beber entre 2 y 2,5 litros diariamente.
Cuando elijas qué comer, ten en cuenta la hora del día y la comida que toca, no necesitas la misma energía por la mañana nada más levantarte que por la noche. Los alimentos más enérgicos, los hidratos de carbono, son idóneos para el desayuno o la comida, mientras que los más estructurales, proteínas y grasas saludables, están más aconsejados para la cena. Si te sirve de ayuda, recuerda la frase típica de abuela: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
Un aspecto fundamental para conseguir llevar una buena dieta durante los días de confinamiento es el de servir raciones moderadas y adecuadas. No te quedes con hambre, pero tampoco te sientas pesado después. Si comes la cantidad adecuada de cada alimento, resultará más sencillo comer todos los grupos de alimentos y consumir todos los nutrientes necesarios a diario.
Durante los días de encierro, es probable que caigamos en la tentación de comer por aburrimiento. De igual modo que hay que intentar no saltarse ninguna comida, al menos de las principales, y en especial el desayuno, es importante ser capaces de sobreponerse a la ansiedad.
Recuerda que todo es cuestión de equilibrio. El truco recae en tener unos buenos hábitos alimenticios. No te prives de comer los alimentos que te gustan, simplemente tómalos con moderación y compénsalos con otros más saludables.
Por último, inicia esta nueva dieta de manera gradual. Los cambios radicales nunca son recomendables y pueden resultar contraproducentes. Hacerlo poco a poco te resultará más fácil a ti y tu cuerpo responderá de mejor manera.
Redactado por:
Conectando Pacientes