HIPERTENSIÓN - 18 de noviembre de 2022
Se calcula que unos 11 millones de personas padecen hipertensión en nuestro país. Esta afección se produce cuando la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de las arterias es lo suficientemente alta como para causar un problema de salud. Tradicionalmente, los niveles altos de presión arterial se han considerado uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, ligándose a ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares. Ahora, una investigación con ratones ha aportado nuevas evidencias y ha establecido también una relación incipiente entre hipertensión y osteoporosis.
La principal conclusión de este estudio es que la hipertensión puede adelantar entre 15 y 25 años el envejecimiento óseo. Este es el desgaste extra que presentaban los huesos de los roedores de edad temprana que presentaban hipertensión, por lo que su estado óseo se podía equiparar al de roedores más viejos con o sin presión arterial alta. Según este hallazgo, los individuos jóvenes con hipertensión arterial presentarían una pérdida relacionada con la osteoporosis, una enfermedad producida por la disminución de la masa ósea asociada a la edad.
La hipótesis que sostienen los investigadores es que el envejecimiento podría producirse por la inflamación asociada a la presión arterial elevada y su efecto sobre la médula ósea, donde se produce tanto el hueso nuevo como las nuevas células inmunitarias. Así, un mayor número de células inmunitarias proinflamatorias en la médula ósea podría debilitar el hueso y propiciar facturas por fragilidad o bajo impacto (las principales se producen en húmero, muñeca, vértebras o cadera).
El estudio comparó un grupo de ratones jóvenes con hipertensión inducida y otro de ratones mayores con una presión arterial normal. El equivalente a la edad humana era de unos 20-30 años para los ratones jóvenes y de unos 47-56 años para los mayores.
Los resultados fueron concluyentes. El volumen óseo de los ratones jóvenes a los que se les había provocado hipertensión se redujo en un 24% y el grosor del hueso trabecular ubicado al final de los huesos largos (como fémures y la columna vertebral) disminuyó en un 18%. Además, la fuerza de falla estimada, es decir, la capacidad de los huesos para resistir, bajó un 34%. Los datos de la investigación se han presentado en el congreso Hypertension Scientific Sessions 2022 que organiza la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA).
Para evaluar el impacto de la inflamación en la salud ósea de los ratones, los investigadores analizaron su médula ósea al cabo de seis semanas mediante una técnica de laboratorio conocida como citometría de flujo, que permite identificar células individuales y clasificar células inmunitarias específicas a través de algoritmos.
A pesar de la evidencia en ratones de la relación hipertensión-osteoporosis, se necesita una investigación similar en humanos que confirme estos hallazgos para reducir el riesgo de fracturas por fragilidad de millones de personas, especialmente mujeres. La hipertensión arterial y la osteoporosis son dos patologías que presentan varias características conjuntas: ambas tienen una potente base genética y una elevada prevalencia femenina durante la vejez.
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