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¿Qué relación existe entre epilepsia y autismo?

EPILEPSIA - 13 de octubre de 2025

Comorbilidad: coexistencia de dos o más enfermedades en un mismo individuo, generalmente relacionadas. Esa es según la RAE la definición del término comorbilidad. Se refiere entonces, en otras palabras, al hecho de que una misma persona presenta dos o más enfermedades distintas, al mismo tiempo y que normalmente suelen tener algún tipo de relación.

Existe una alta comorbilidad entre dos enfermedades que casi nadie relaciona en la edad adulta, pero en cambio sí lo hacen en la infancia. Estas son la epilepsia y el autismo. Empecemos por definir cada una de ellas.

  • La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso caracterizada por crisis espontáneas recurrentes, sean convulsivas o no, y con una posible pérdida del conocimiento.

  • El autismo, se define como aquel trastorno del desarrollo que afecta principalmente a la comunicación e interacción social, caracterizado por patrones de comportamientos restringidos, repetitivos y estereotipados. A simple vista, parece que no comparten nada entre ellos, pero en realidad comparten mucho más de lo que podemos llegar a pensar.

Diversos estudios han señalado que entre un 20 y un 40 % de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) presentan también epilepsia. Esta relación es más evidente en personas con autismo que también presentan discapacidad intelectual. De igual modo, se ha observado que algunas personas con epilepsia desarrollan rasgos compatibles con el espectro autista, especialmente cuando las crisis epilépticas comienzan a edades tempranas.

Desde una perspectiva psicológica, esto plantea importantes desafíos tanto en el diagnóstico como en el abordaje terapéutico. En primer lugar, porque los síntomas de ambas condiciones pueden solaparse, lo que dificulta una identificación clara de cada una. Por ejemplo, en niños pequeños, las crisis epilépticas pueden confundirse con conductas repetitivas o desconexión social propias del autismo, y viceversa. Además, la presencia simultánea de ambas condiciones suele aumentar la vulnerabilidad emocional del individuo y requerir un enfoque más integral y personalizado en su atención.

La relación entre epilepsia y autismo no se limita a la coexistencia de síntomas. Existen teorías que proponen una base neurológica común. Algunas investigaciones sugieren que alteraciones en el desarrollo de ciertas redes neuronales pueden estar en la raíz de ambas condiciones. También se ha identificado que ciertas mutaciones genéticas pueden predisponer al desarrollo tanto del TEA como de epilepsia, lo cual refuerza la idea de que no se trata de una coincidencia, sino de una interacción más profunda.

Comprender esta comorbilidad permite mejorar los procesos de evaluación y tratamiento. La intervención en estos casos no puede centrarse exclusivamente en los síntomas visibles, sino que debe considerar el funcionamiento global de la persona, su entorno, sus necesidades emocionales y su calidad de vida. Los equipos interdisciplinarios, donde colaboran psicólogos, neurólogos, psiquiatras y terapeutas ocupacionales, juegan un papel clave para ofrecer una atención adecuada y adaptada.

En conclusión, la relación entre epilepsia y autismo es un ejemplo claro de cómo el conocimiento profundo de la comorbilidad puede contribuir no solo al entendimiento científico, sino también a mejorar la vida de quienes conviven con estas condiciones. Reconocer y abordar esta interacción desde una perspectiva psicológica es fundamental para promover un desarrollo más armonioso, una mayor inclusión y un bienestar real.



Lucía Ongil, Psicóloga Sanitaria M-35082 en Alimentación 3S.

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