logo
Inicio > Noticias > vida saludable > > ¿Qué hay detrás de la falta de constancia en los hábitos?

¿Qué hay detrás de la falta de constancia en los hábitos?

VIDA SALUDABLE - 13 de octubre de 2025

Cuando hablamos de instaurar un nuevo hábito, el gran desafío consiste en poder mantenerlo. La lista de nuevos propósitos se repite año tras año con las mismas metas ya conocidas “dejar de fumar”, “comer sano”, “ahorrar”, “hacer deporte” … ¿qué se esconde detrás de esta dificultad para consolidar lo que nos proponemos? ¿por qué en esta sociedad nos cuesta tanto generar adherencia y mantener los hábitos?

Si bien establecer un nuevo hábito es todo un reto, lo es aun más si tenemos en cuenta algunos de los factores que caracterizan a la sociedad actual. En el artículo de hoy, te contamos algunas de las principales características que suponen un obstáculo a la hora de comprometernos con nuevas rutinas:

  1. Necesidad de inmediatez

  2. Poca tolerancia a la frustración: Instaurar un nuevo hábito implica errar

  3. Los hábitos que aprendemos de adultos implican romper automáticos

Instaurar un nuevo hábito implica un aprendizaje, se trata de cambiar un patrón de conducta aprendido en el tiempo y aprender uno nuevo. Como cualquier otro aprendizaje, requerirá de TIEMPO y PRÁCTICA. Esta idea que puede parecer obvia se pierde en una sociedad en la que cada vez queremos los resultados de una forma más inmediata y con menos esfuerzo.

Por ejemplo: Si tenemos insomnio, acudimos al médico ante la búsqueda de pautas o fármacos para solucionarlo YA. Tendemos a olvidar el tiempo que nuestro organismo necesita para reajustarse y reaprender los ritmos.

Una vez más, como cualquier aprendizaje, aprendemos fallando. Cuando una persona no está concienciada de ello desde el principio, al primer error lo asume como fracaso y abandona.

Por ejemplo: Si estamos en un proceso de “mejorar la relación con la comida” es absolutamente normal que haya periodos vacacionales o de más ocio en el que nos cueste más o incluso sintamos que hemos perdido el control de la comida. La clave es no machacarnos, asumir los posibles errores, sacar conclusiones que nos ayuden a futuro y mantener la constancia.

El automachaque no ayuda a ningún proceso de aprendizaje. ¿Imaginas que a un niño le amenazamos con suspender con cada fallo en la tarea del colegio? Probablemente no le sirva para atender mejor sino para ponerse aún más nervioso.

Tendemos a marcarnos objetivos poco realistas, demasiado ambiciosos y a culpabilizarnos si no lo conseguimos “esta semana tengo que ir todos los días sin falta al gimnasio”.

Esto es la mejor manera de aumentar la presión, disminuir la motivación y que aparezca una la sensación de desapetencia por aquello que estamos tratando de incorporar. Lo ideal son unas metas acordes, realistas y bien ajustadas a la realidad práctica de nuestro día a día “voy a ir al gimnasio tres días en semana y si puedo más pues estupendo”.

Algo similar sucede con el perfeccionismo, tratar de hacerlo perfecto hará que cuando no lo hagamos caigamos en una sensación de fracaso que nos invite a abandonar. Recordad, buscamos constancia no perfección.

Culturalmente, se dice que aquello que aprendemos de pequeños nos resulta luego más sencillo mantener. Si de pequeños nos han acostumbrado a hacer ejercicio a diario como algo natural de lo que disfrutábamos en familia, con amigos, con nuestros padres y en lo que invertíamos nuestro tiempo libre, de adultos es más probable que nos nazca de forma automática. Por ello, es importante que eduquemos desde el principio en aquellos hábitos o rutinas que consideramos esenciales para la salud.



Redactado por: Ana Gutiérrez Frutos. N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

¿Te ha gustado esta noticia? Comparte:

audicion_sana_mobile_home