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La importancia de la educación del paciente en tratamiento con anticoagulantes orales

COLESTEROL - 18 de noviembre de 2022

Los tratamientos anticoagulantes se utilizan para prevenir eventos trombóticos como ictus, y embolias sistémicas en pacientes que tienen fibrilación auricular. Han demostrado reducir el riesgo de ictus y embolia sistémica y la mortalidad de manera muy importante.

Siempre será el médico el responsable de pautar el tratamiento y la dosis adecuada según cada paciente y es también vital la educación de los pacientes sobre la necesidad del tratamiento anticoagulante oral y la importancia de su estricto cumplimiento

Actualmente existen dos tipos de tratamientos anticoagulantes orales, los antagonistas de la vitamina K que se han utilizado durante los últimos 25 años, y los “nuevos” anticoagulantes de acción directa con experiencia de más de 10 años y recomendados por las guías de práctica clínica. Aunque ambos son eficaces, existen ciertas diferencias entre unos y otros que suelen ser determinantes a la hora de elegir el más adecuado para cada paciente. El control de estos tratamientos, así como la simplicidad de la dosis, puede ser clave para conseguir el éxito de estos fármacos y, por tanto, evitar eventos cardiovasculares en los pacientes tratados.

Se ha demostrado que aquellos pacientes con un mal control y seguimiento de su tratamiento tienen mayor riesgo de sufrir ictus, complicaciones hemorrágicas, o incluso la muerte, frente a aquellos que consiguen mantener un control adecuado.[i]

Alrededor del 50% de los pacientes que siguen tratamiento con un antagonista de la vitamina K tienen un mal control habitual del INR (Índice internacional normalizado), un parámetro que evalúa como de anticoagulada está la sangre. Se trata de un porcentaje muy alto, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día existen tratamientos alternativos con eficacia probada, sin necesidad de monitorizar la anticoagulación.

En este sentido, los anticoagulantes de acción directa son mucho más fáciles de controlar, ya que constan de una dosis fija que no necesita controles de anticoagulación, al contrario que los antagonistas de la vitamina K, cuya dosis debe ir ajustándose a medida que avanza el tratamiento, para no perder eficacia.

La atención primaria juega un papel muy importante en el cumplimiento de los tratamientos, ya que nuestra enfermera y nuestro médico de familia son los encargados de hacer tanto el seguimiento como el control de nuestra evolución.

No solo es importante elegir un buen tratamiento dependiendo del tipo de paciente, sino que es igual de importante la educación que le damos, tanto a él como a su familia. En el caso de personas mayores es fundamental simplificar el tratamiento. Este tipo de pacientes suelen tomar varios medicamentos al día y está demostrado que si queremos que el tratamiento sea eficaz debemos facilitar, en la medida de lo posible, la dosis para que el paciente sea adherente y cumpla el tratamiento. Simplificar la dosis a una vez al día aumenta la adherencia[iii] frente a los fármacos de 2 veces al día, lo que puede hacer que tenga menos riesgo de ictus[iv].

Además, la interacción con otros medicamentos también debe ser tenida en cuenta, sobre todo en personas polimedicadas, como suelen ser las personas de edad avanzada[ii].

Por tanto, se debe educar al paciente para que conozca, tanto los riesgos, como las ventajas de su tratamiento, cómo tomar el fármaco, qué ocurre si se produce un olvido y qué tipo de control debe seguir. Por supuesto, debe conocer la interacción de su tratamiento con otros medicamentos, así como con alimentos, pero también debe conocer el por qué debe cumplir con la pauta médica que se le asigna, así como los riesgos de no hacerlo. Tener toda la información es fundamental para lograr el éxito y una mayor adherencia al tratamiento. No podemos olvidar que se trata de terapias crónicas, por lo que el paciente debe conocer los mismos detalles o casi, que su médico de referencia, para que, a pesar de ser tratamientos mantenidos en el tiempo, no se pierda el interés ni la constancia. Solo entonces, el paciente tendrá plena autonomía y eso se traducirá en pacientes más controlados y en un mayor nivel de seguridad en sus tratamientos para evitar ictus y embolias sistémicas.

Un paciente que conoce su patología y su tratamiento será un paciente más informado que sabrá cuidar de sí mismo, lo que garantizará un mayor nivel de adherencia a su tratamiento y, por ende, seguridad.

 

Bibliografía consultada

 

Referencias:

  • [i] Vivencio Barrios, Sergio Cinza-Sanjurjo, Olga Gavín, Isabel Egocheaga, Ramón Burgos-Pol, Javier Soto, Carlos Polanco, Jorge Suárez, Miguel Ángel Casado. Carga y coste del mal control de la anticoagulación con antagonistas de la vitamina K en pacientes con fibrilación auricular no valvular en España. Revista Española de Cardiología. Volume 74, Issue 9,2021.
  • [ii] 2021 European Heart Rhythm Association Practical Guide on the use of Non-Vitamin K Antagonist Oral Anticoagulants in Patients with Atrial Fibrillation Online Supplement
  • [iii] Schneider APH,et al. Effect of characteristics of pharmacotherapy on non-adherence in chronic cardiovascular disease: A systematic review and meta-analyses of observational studies. Int J Clin Pract 2018;72:e13044
  • [iv] Holthuis E et al. Increased Risk of Stroke Due to Non‑adherence and Non‑persistence with Direct Oral Anticoagulants (DOACs): Real‑World Analyses Using a Nested Case–Control Study from The Netherlands, Italy and Germany. Drugs - Real World Outcomes https://doi.org/10.1007/s40801-022-00317-3

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