ESCLEROSIS LATERAL - 7 de enero de 2022
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad de las neuronas en el cerebro, el tronco cerebral y la médula espinal que causa una atrofia progresiva de los músculos. Se desconoce su origen, por lo que todavía no tiene un tratamiento curativo. Cada año se diagnostican unos 900 casos en nuestro país, con una supervivencia media estimada de 3 a 5 años.
En los últimos años, numerosas acciones y retos solidarios intentan concienciar a la población sobre los efectos de la esclerosis lateral amiotrófica y financiar, en la medida de lo posible, las investigaciones que tratan de hallar su origen. Estas son sólo algunas de ellas.
Pequeñas acciones que abren la puerta a la esperanza de encontrar una cura para la ELA. Cada vez se está más cerca.
La esclerosis lateral amiotrófica a menudo comienza con tics musculares, debilidad en una extremidad o dificultad para hablar. Con el paso del tiempo, las células nerviosas (neuronas) se desgastan o mueren y pierden la capacidad de enviar mensajes a los músculos. La musculatura se debilita progresivamente, surgen espasmos y el movimiento de brazos, piernas y cuerpo se detiene. En las últimas etapas, la respiración se dificulta al dejar de trabajar los músculos de la zona torácica.
La ELA, también denominada enfermedad de Lou Gehrig, se hereda en el 5-10% de los casos. En cuanto al resto de diagnósticos, se desconoce su causa. La mayoría de las investigaciones (sin resultados concluyentes, por el momento) se decanta por una combinación de factores genéticos y ambientales como posible motivo de su aparición.
Estos son algunos de los síntomas que se experimentan en las primeras etapas de la enfermedad:
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