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¿Cuáles son las causas de la Anemia Ferropénica?

ANEMIA FERROPÉNICA - 5 de octubre de 2017

¿Alguna vez al despertarte has tenido la  sensación de no haber descansado? Este malestar físico puede convertirse en rutina cuando nuestro cuerpo no absorbe la cantidad de hierro necesaria para funcionar correctamente. Los principales efectos de esta deficiencia conocida como anemia ferropénica se caracterizan por una fatiga intensa que nos impide actuar con normalidad tanto a nivel físico como mental. Conocer sus causas te puede resultar útil para afrontar esta situación.

Nuestros glóbulos rojos son los encargados de transportar oxígeno a los tejidos del organismo. Para realizar esa tarea necesitan hierro, normalmente presente en una buena parte de los alimentos que ingerimos en nuestro día a día. Por ello, la importancia de seguir una dieta rica en este elemento resulta vital para sentirnos llenos de energía y actividad.

Cuando la anemia ferropénica viene motivada por la alimentación, los principales problemas suelen presentarse en la edad adulta o en personas estrictamente vegetarianas. En ambos casos resulta fácil de corregir. Basta con desarrollar hábitos de consumo de alimentos ricos en hierro. No son los únicos hábitos de consumo que pueden desembocar en la anemia ferropénica: un uso prolongado de aspirinas e ibuprofeno o la ingesta excesiva de antiácidos con calcio también pueden tener ese efecto. Finalmente, las personas celiacas sufren también falta de hierro, en este caso derivada de la propia patología, que dificulta la correcta adquisición del hierro.

Al margen de la dieta, existen otras circunstancias que pueden provocar un descenso considerable de nuestro nivel de hierro en la sangre. Es el caso de los procesos de sangrado que podemos experimentar como consecuencia de alguna enfermedad o deficiencia. Afecciones como las varices esofágicas, las úlceras pépticas o ciertos tipos de cáncer –esófago, estómago o colon- están asociadas a una pérdida excesiva de sangre que a su vez produce anemia ferropénica. Además, el sangrado menstrual prolongado o abundante es otra de las deficiencias relacionadas con este tipo de procesos.

Por último, hay veces que nuestro propio cuerpo no es capaz de absorber el hierro que consumimos, bien porque pierde más glóbulos sanguíneos de lo normal, bien porque necesita cantidades mayores de lo acostumbrado. Este último caso puede deberse al embarazo de la mujer o la posterior etapa de amamantamiento del bebé. En estas situaciones suele ser muy útil contar con aportaciones extra de hierro.

En cualquier caso, la mejor manera de hacer frente a la anemia ferropénica pasa por consultar al médico de Atención Primaria. Con su ayuda te resultará mucho más sencillo recuperar esa energía que te hace falta para sentirte al cien por cien y decir adiós a la fatiga física y mental.  

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