La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la anemia como una concentración de hemoglobina (Hb) circulante inferior a 130 g/l para hombres y 120 g/l para mujeres. La prevalencia de la anemia en la población general aumenta con la edad, de modo que en los mayores de 65 años la prevalencia de anemia es del 11% para hombres y del 10,2% para mujeres. Las causas más frecuentes de anemia son las deficiencias nutricionales (hierro, ácido fólico y vitamina B12) y la anemia por enfermedad crónica o anemia por inflamación.
La anemia es común en pacientes quirúrgicos, aunque en estos casos la prevalencia depende de la edad y la existencia de otras patologías como diabetes, insuficiencia cardíaca o enfermedades inflamatorias. En términos generales, la anemia está presente en un tercio de todos los pacientes quirúrgicos, pero existen cuatro tipos de cirugía en los que la prevalencia es mayor:
- Cirugía cardiaca: la anemia puede estar presente en la mitad de los pacientes aproximadamente, debido a la existencia de otras patologías o al propio proceso de la enfermedad cardiovascular motivo de la cirugía.
- Cirugía ortopédica: las relativas a reemplazo de rodilla y cadera y la fusión espinal se asocian con una pérdida de sangre importante (aproximadamente 2000 ml. en cirugía de reemplazo de cadera o rodilla). Por tanto, la anemia es común en estos pacientes después de la operación, aunque también puede estar presente antes de cirugía debido a otras patologías previas. Estos pacientes suelen requerir transfusiones durante la cirugía.
- Cirugía vascular: En el paciente candidato a cirugía vascular arterial, la prevalencia de anemia preoperatoria por inflamación se sitúa alrededor del 50%, aunque supera este porcentaje en mayores de 75 años y en pacientes con diabetes, hipertensión, cardiopatía o insuficiencia renal, enfermedades típicamente presentes en este tipo de pacientes. El estado inflamatorio, propio de la patología vascular y las pérdidas sanguíneas quirúrgicas favorecen la predisposición a padecer anemia. Por tanto, existe una mayor probabilidad de necesitar una transfusión de sangre.
- Cirugía bariátrica para tratamiento de la obesidad: Existe un mayor riesgo de anemia después de la cirugía bariátrica, debido sobre todo a deficiencias de hierro y vitamina B12. Por tanto, es muy importante el cumplimiento a largo plazo de la suplementación nutricional, así como el control del paciente después de la cirugía para prevenir y detectar de forma temprana deficiencias nutricionales graves.
En general, y para mejorar la recuperación de cualquier cirugía y tener una buena calidad de vida postoperatoria, el profesional sanitario siempre tendrá en cuenta el tratamiento de la anemia de los pacientes, antes y después de las intervenciones quirúrgicas.
Fuentes: