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Causas del oído taponado y cómo solucionarlo

AUDICIÓN SANA - 14 de noviembre de 2025

En algún momento todos hemos tenido la sensación de tener los oídos taponados. Este malestar es muy frecuente y puede afectar a cualquier persona. Esta molestia suele ser pasajera y durar poco tiempo, pero hay ocasiones en las que puede ser un síntoma de un problema mayor y necesitar atención profesional.

Existen diferentes razones por las que sentimos esa sensación desagradable de tener el oído taponado, pero algunos de los motivos más habituales son:

  • Acumulación de cerumen. El cerumen, o cera de los oídos, es una sustancia que produce nuestro propio oído para protegerlo y mantenerlo limpio. Sin embargo, si tenemos un exceso de cerumen, se puede endurecer y bloquear el conducto auditivo. Hay que recalcar que en este caso nunca se deben utilizar bastoncillos de algodón, ya que pueden empujar la cera más hacia dentro, agravando así el problema.

  • Cambios en la presión ambiental (barotrauma). Viajar en avión, conducir por zonas de montaña, bucear o los cambios de altitud pueden provocar una diferencia de presión entre el interior y el exterior del oído, apareciendo así la sensación de oído taponado.

  • Agua en el oído. Es normal que quede agua en el oído tras ducharnos o bañarnos en la piscina o el mar. Si no la eliminamos, puede causarnos esa sensación de taponamiento.

  • Infecciones y catarros. Otras causas frecuentes son la otitis y los resfriados. La inflamación y acumulación de mucosidad bloquean el canal que iguala la presión de ambos lados del tímpano, dificultando el paso de aire.

El tratamiento para los oídos taponados depende de la causa que lo esté provocando, pero en la mayor parte de las situaciones podemos recurrir a algunos remedios sencillos:

  • Eliminar el exceso de cerumen. En las farmacias podemos encontrar unas gotas específicas para ablandar la cera. Se aplican en el oído, manteniendo la cabeza inclinada unos minutos. Otro método es intentar irrigar suavemente el oído con una pera de goma llena de agua tibia para eliminar la cera. Estos métodos hay que evitarlos si sentimos dolor o nos supura el oído.

  • Igualar la presión. Esta técnica consiste en tomar aire, tapar la nariz con los dedos y, con la boca cerrada, intentar expulsar el aire por la nariz. Debemos hacerlo con suavidad para no dañarnos el tímpano. También podemos intentar taparnos la nariz y tragar saliva al mismo tiempo.

  • Eliminar el agua atrapada en el oído. Para ello debemos inclinar la cabeza hacia el lado que tenemos taponado y dar pequeños saltos o tirar suavemente del lóbulo de la oreja hasta que el agua salga.

  • Aliviar la congestión y la inflamación. En caso de que este malestar venga provocado por alguna infección o catarro, podemos darnos una ducha caliente o inhalar vapor de agua para disolver la mucosidad. Si tenemos congestión nasal o alergia, podemos recurrir al uso de descongestionantes o antihistamínicos, pero siempre siguiendo las indicaciones de nuestro médico.

Si el taponamiento dura varios días y empeora con el tiempo, viene acompañado de dolor intenso, fiebre, supuración o pérdida significativa de audición, o si tenemos antecedentes de problemas de oídos, debemos acudir a un médico especialista para descartar que el oído taponado no sea un síntoma de un problema mayor.



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