Hace poco leí una frase que me pareció de lo más acertada: “La vida es un 10% lo que te pasa y un 90% cómo te lo tomas”.
Todos conocemos a alguien que ha superado un duro bache en su vida de una forma admirable, solemos decir que esa gente está “hecha de otra pasta” y que en gran medida su actitud ha sido importantísima a la hora de superar esa piedra en el camino.
La resiliencia es la capacidad para transformarse ante situaciones difíciles, enfrentándose a ellas con determinación y saliendo de ellas más fortalecido.
Sin duda hay gente que nace con esta fuerza, con esta forma de entender la vida, pero también podemos aprender a ser más resilientes, para afrontar situaciones complicadas que seguro se nos presentarán a lo largo de nuestra vida.
- CONFÍA EN TI MISMO: Escúchate, utiliza tus fortalezas para impulsarte y atraer pensamientos positivos.
- SAL DE TU ZONA DE CONFORT: Solemos acostumbrarnos demasiado rápido a estar tranquilos, conformarnos y rechazar cualquier cambio, sin embargo, debemos buscar el crecimiento personal y salir de la zona de confort para lograr realizarnos, perseguir mayores objetivos y ser más adaptables. Lo único constante en la vida es el cambio.
- COMPARTE TUS EMOCIONES: Una persona resiliente suele expresar sus emociones y compartir todo aquello que piensa o le atormenta con otros, liberar tensión y compartir nuestras emociones con otros es muy inteligente. No te guardes todo para ti.
- SONRIE ANTE LA ADVERSIDAD: Hacer bromas, reír y provocar situaciones placenteras te ayudará a liberar tensión y coger impulso para afrontar los problemas. No hay nada más sano que saber reírse de uno mismo.
- FUERA EL MIEDO: En pequeñas cantidades y controlado, el miedo no tiene por qué ser malo, pero, ante todo, no debemos dejar que el miedo nos paralice y afecte a nuestra forma de ser, nunca debemos dejar de hacer algo, que hasta ahora hacíamos de forma habitual, por miedo.
- ACEPTA LA INCERTIDUMBRE: Es humano querer controlar todo lo que nos pasa y también lo que está por venir, pero es imposible vivir con certezas. Aprende a aceptar que nadie puede tener todo bajo control.
- VIVE: Parece obvio, pero, en ocasiones, nos olvidamos de disfrutar de la vida, porque nuestros pensamientos negativos nos invaden y nos paralizan. Nunca podemos olvidar que cada día es un regalo y debemos disfrutarlo sea cual sea nuestra situación.
Aprender a ser resilientes es una tarea que todos deberíamos practicar, no solo para ser más fuertes ante las adversidades sino también para gozar de una buena salud mental, entrenar nuestra inteligencia emocional y ser más felices y más libres.