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La gimnasia pasiva: dudas y recomendaciones

VIDA SALUDABLE - 20 de septiembre de 2019

La gimnasia pasiva es una técnica corporal que utiliza determinados aparatos compuestos por un sistema de electrodos de muy bajo voltaje. Esta técnica se realiza a través de un equipo que genera impulsos eléctricos que se aplican directamente sobre los distintos grupos musculares del cuerpo que se quieran tratar, como los glúteos, piernas, abdomen, los cuales se contraen y relajan rítmicamente con mayor o menor intensidad, según la potencia que se le dé. Así se logra, a través de la estimulación eléctrica, corregir la flacidez, reducir los depósitos grasos y, incluso en algunos casos, aumentar el tamaño de la zona tratada, como por ejemplo en los glúteos.

Esta nueva gimnasia es ideal para quienes no les gusta el deporte e incluso para quienes no pueden realizar ejercicios de mayor movilidad por una lesión, por ejemplo. Aunque pueden practicarla personas de todas las edades, está contraindicada para las mujeres embarazadas y tampoco es recomendable su uso después de comer, durante la digestión.

Una de las pautas más importantes que debes conocer es que no se puede sustituir completamente el ejercicio activo por esta técnica. Es recomendable utilizar la electroestimulación como un complemento, y aunque siempre es mucho más beneficioso utilizar la gimnasia pasiva que no hacer nada, se aconseja utilizarla como un complemento de refuerzo en las zonas que se resisten.

A la hora de notar sus efectos, desde la primera sesión de gimnasia pasiva, tus músculos comienzan a trabajar y al terminar sentirás una sensación similar a la que se siente después de haber hecho ejercicio físico. Pero al igual que con el ejercicio tradicional, los resultados visibles están ligados sobre todo a la constancia. Cuanto más constante seas mucho mejor. No notarás mejoría si después de un tiempo sin utilizarlo, quieres compensarlo dándote varias sesiones seguidas. Esto será contraproducente y podrás lesionarte.

Si has decidido probar esta técnica, es importante que conozcas las opciones que más se adapten a tus gustos:

  1. En la primera, el paciente está inmóvil, normalmente tumbado en una camilla, donde el especialista le coloca unos electrodos en las zonas que se quieran estimular y durante los minutos que dura la sesión, notará una sensación de vibración agradable y totalmente indolora. Este tipo de máquinas sólo se encuentran en centros de rehabilitación o estética corporal. Suele haber varios modelos, uno para cada zona muscular y funcionan mediante programas creados según las características personales de cada individuo.
     
  2. La segunda opción implica ejercicio físico y mientras se practica alguna actividad como running o ejercicios anaeróbicos (sentadillas, levantamiento de pesas, etc.) la persona lleva puesta una especie de chaleco o traje que trabaja emitiendo estos electro-impulsos a la vez.
     

Aunque no existe un consenso sobre los efectos adelgazantes y la bajada de peso real, según los especialistas en medicina deportiva, esta técnica es muy favorable en procesos de recuperación en lesiones y como método fisioterapéutico.

Otra de las recomendaciones más importantes es complementarlo con una alimentación variada y saludable y no caer en el engaño de que con dos horas a la semana de electroestimulación notarás unos resultados abrumadores.

¡Adaptar un estilo de vida saludable requiere esfuerzo y constancia, no hay trucos mágicos, pero los cambios que notarás merecen la pena!

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