VIDA SALUDABLE - 16 de junio de 2023
La preeclampsia es una afección propia del embarazo que aparece después de la semana 20 de gestación y que se caracteriza por una elevación de la tensión arterial de la madre como síntoma principal, acompañado de la liberación de proteínas que se pueden detectar en la orina.
La causa exacta de la preeclampsia se desconoce, sin embargo, se presenta en un 3% a 7% de todos los embarazos y se piensa que la afección empieza en la placenta. Algunos de los factores que pueden llevar a que se desarrolle esta afección incluyen los genes, problemas vasculares, inmunodeficiencia y la dieta. La preeclampsia no solo es una hipertensión arterial durante la gestación, sino que también daña los riñones, y hace perder proteínas por la orina. Además, se ven afectados otros órganos tales como el hígado, el cerebro y la sangre. Debido a sus daños, es una complicación que debe controlarse, ya que, de lo contrario, pueden peligrar la vida del bebé y de la madre.
Los profesionales de la obstetricia están siempre alerta para detectar el más mínimo indicio de preeclampsia. Si existe esta patología del embarazo se han de concentrar e intensificar los controles, administrar el tratamiento oportuno y estar alerta ante el posible agravamiento de la enfermedad que pueda poner en peligro la vida de la madre y el feto, ya que puede llegar a tener consecuencias mortales.
Según un estudio de investigadores del Smidt Heart Institute, del Cedars-Sinai, en Estados Unidos, publicado en la revista científica «JAMA Network Open», la dieta mediterránea no solo reduce un 28% el riesgo de preeclampsia, sino que también aminora la probabilidad de desarrollar otras complicaciones durante la gestación, como diabetes, hipertensión, parto prematuro, pequeño tamaño del bebé y muerte fetal.
El patrón de dieta mediterránea, que se ha relacionado con la salud y la longevidad, se caracteriza por una alta ingesta de alimentos de origen vegetal, como verduras, legumbres, frutas, nueces y grasas monoinsaturadas, junto con una baja ingesta de grasas saturadas y carnes procesadas. Teniendo en cuenta que el riesgo de preeclampsia y otras complicaciones durante el embarazo es mayor a partir de los 35 años y que la edad en la que las mujeres tienen su primer hijo ha experimentado un retraso en los últimos años, aumentar la alimentación saludable resulta esencial.
Estos resultados se suman al creciente número de pruebas que demuestran que la dieta mediterránea puede desempeñar un papel importante en la preservación de la salud de las mujeres a lo largo de toda su vida, incluso durante el embarazo. Por estas razones, conocer y llevar a cabo una dieta mediterránea en las comidas es un factor clave para prevenir esta enfermedad y, además, consumir estos alimentos puede contribuir a prevenir otros problemas como los relacionados con la obesidad, la diabetes o la hipertensión.
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