VIDA SALUDABLE - 17 de julio de 2018
Antioxidante, depurativo, cardioprotector y, contra lo que pudiera parecer, muy digestivo. Estas son algunas de las principales propiedades del limón. Su jugo es, además, refrescante y resulta ideal para estos días de verano en los que empieza a apretar el calor. Existen infinidad de recetas para preparar una limonada natural. Nosotros hemos elegido una de ellas. Es tan fácil que no tendrás ningún problema en elaborarla si sigues los pasos que te proponemos. Toma nota y usa tu imaginación para adaptarla a tu gusto.
Lo primero que tienes que hacer es un jarabe o sirope con el agua y el azúcar hasta que la mezcla quede bien disuelta y no se noten restos de azúcar en la limonada. Es muy sencillo. Pon a calentar en un recipiente y a fuego lento el agua con el azúcar. Puedes añadirle algún trozo de la piel del limón para conseguir un sabor más intenso. Remueve el líquido de vez en cuando hasta conseguir que el azúcar se disuelva por completo. Retira la mezcla y déjala enfriar. Exprime ahora el zumo de los cinco limones y, si quieres añadirle un plus de frescor, también el de una lima. Añade el jarabe que hemos preparado con el agua y el azúcar, los cubitos de hielo y ya está lista. Tendrás una limonada perfecta que, además, admite variaciones. Puedes hacerla más o menos dulce y, si la quieres especialmente dietética, utiliza edulcorantes con menos calorías.
Si quieres añadirle un plus de frescor, te proponemos una variante igualmente sencilla de preparar: limonada con menta y jengibre.
Solo tienes que seguir los pasos de la receta anterior y enriquecerla con un poco de jengibre rallado (solo un pellizco porque aporta mucho sabor) y unas hojas de menta enteras. Si lo prefieres, puedes licuar el contenido para no encontrarte las hojas ni los trocitos de jengibre.
El resultado será igual de refrescante. ¡Pruébala y verás!
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