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Chicles para dejar de fumar: pros y contras

SALUD PULMONAR - 6 de julio de 2018

Si eres fumador y estás intentando dejar el tabaco, quizá te hayan recomendado alguna vez los chicles de nicotina. Son una opción más entre los distintos tratamientos existentes para abandonar el hábito. Como todas las terapias, también los chicles de nicotina tienen pros y contras. Te contamos cuáles son.
 

Las ventajas de los chicles de nicotina

Los chicles contienen una pequeña cantidad de nicotina que actúa sobre tu organismo evitando que sufra el síndrome de abstinencia. Tu cuerpo seguirá recibiendo nicotina, por lo que no sentirás ansiedad o nerviosismo y al mismo tiempo se liberará de otras sustancias nocivas presentes en los cigarrillos.

Puedes comprar los chicles en farmacia y sin receta médica. Existen además varios sabores por lo que siempre es posible elegir el que más te guste. Si optas por esta solución, debes saber que puedes tomar una grajea cada una o dos horas, sin superar nunca las 24 al día. Los chicles son siempre una solución temporal y, a menudo, se combinan con otras terapias para dejar el tabaco. No debes emplearlos por un tiempo superior a las 12 semanas y lo recomendable es que vaya dejándolos de forma gradual.
 

Las desventajas

Como actúan como un sustitutivo del tabaco, debes recurrir a varios chicles al día para paliar los síntomas relacionados con el síndrome de abstinencia. Este tipo de productos tienen además otros inconvenientes. Tienes que tomarlos cada vez que te entran ganas de fumar y, además, no palian por completo la ansiedad motivada por la ausencia de tabaco. No te olvides de leer las indicaciones o de consultar con tu farmacéutico cuál es la mejor pauta para tomarlos.

Algunos fumadores suponen, por error, que tienen que masticarlos constantemente como los chicles que normalmente usamos. Es incorrecto. El chicle de nicotina debe morderse una vez para liberar la nicotina hasta que notes en boca un sabor a pimienta y un leve cosquilleo en la lengua. Después tienes que mantener el chicle entre la mejilla y la encía de forma que el sabor y el cosquilleo vayan remitiendo. Es necesario repetir esta acción cada vez que quieras liberar nicotina, pero nunca durante más de 30 minutos porque ya la habrás utilizado toda.

Además de desarrollar una técnica específica para que los chicles sean realmente efectivos, su uso prolongado en el tiempo tiene algunos inconvenientes más. Pueden generar, aunque no es frecuente, dolor en la mandíbula, irritación en la boca, exceso de salivación, náuseas y trastornos intestinales.


Si eres fumador y no sabes qué opción terapéutica tomar, no dudes en pedir ayuda. Cada vez más centros de salud y hospitales disponen de consultas antitabaco. Tus profesionales sanitarios –médicos y enfermeros—pueden aconsejarte cuál es la solución que mejor se adapta a tus necesidades y además te acompañarán durante todo el proceso. Ahora, la decisión está en tu tejado. Con o sin chicles, ¿te animas a dejar de fumar?

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