SALUD DE LA PIEL - 6 de julio de 2018
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel de origen autoinmune, que produce lesiones escamosas engrosadas e inflamadas, con una amplia variabilidad clínica y evolutiva. Estas lesiones suelen estar presentes durante todo el año, pero en verano tienden a mejorar gracias a los efectos del sol. De hecho, casi nueve de cada diez pacientes con psoriasis experimentan una mejoría durante la época estival. En este artículo, de la mano de Acción Psoriasis, te ayudamos a sacarle el máximo provecho a esta estación del año.
El sol, aliado pero con precaución
Pacientes y dermatólogos conocen desde hace tiempo los beneficios de la luz del sol para el tratamiento de la psoriasis. La radiación ultravioleta tiene un doble efecto sobre los afectados. De un lado, actúa sobre las células de la epidermis (queratinocitos, linfocitos y células de Langerhans) produciendo una disminución de la inflamación y de la rojez. De otro lado, reduce la proliferación de los queratinocitos y alivia así el grosor y descamación tan característicos de las placas de psoriasis. Estos efectos beneficiosos del sol se producen tanto si lo tomamos de forma natural (helioterapia) como artificial (fototerapia).
El sol es beneficioso, pero ¿he de protegerme?
Siempre. El sol te puede ayudar, pero también te puede perjudicar y no solo a tu psoriasis, sino que puede acarrearte otras patologías más graves como el cáncer de piel. Así que, si decides exponerte al sol, es importante que cuides tu piel. Algunos fotoprotectores aportan un extra de hidratación, lo que es especialmente útil para las personas con psoriasis. También es importante que no te apliques las cremas protectoras en las placas de psoriasis, sea de forma natural o artificial. Tras la sesión, protege de nuevo tu piel con lociones hidratantes y emolientes.
Piscina o playa, ¿qué me beneficiará más?
El agua de mar es más beneficiosa que el de la piscina. Los baños de agua salada durante al menos 20 minutos, combinados con una exposición moderada al sol, contribuyen a descamar un poco las lesiones y alivian así los síntomas. El agua clorada de las piscinas no es tan recomendable porque puede irritar la piel de las personas con psoriasis así que, si optas por darte un chapuzón en la piscina, aprovecha para ducharte después.
¿Puede interaccionar el sol con mi medicación?
Sí, el sol puede interaccionar con algunos de los medicamentos prescritos para la psoriasis hasta el punto de anular sus efectos. Es el caso de algunos tratamientos tópicos derivados de la vitamina D que, precisamente por eso, es mejor aplicarlos por la noche. Existen además otros tratamientos sistémicos que hipersensibilizan la piel ante la exposición al sol. En estos casos, es preferible comenzar la terapia tras el verano. También algunos fármacos como los antibióticos, antifúngicos, antiinflamatorios y diuréticos pueden generar reacciones adversas en la piel del paciente de psoriasis si se expone en exceso a la radiación solar.
Queremos terminar este artículo con un pequeño decálogo para que puedas aportar un plus de salud a tu piel durante este verano.
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