PÁRKINSON - 5 de octubre de 2018
Llegan buenas noticias para los afectados por el Parkinson. Una reciente investigación, publicada en la revista Molecular Therapy, ha demostrado en modelos animales que es posible no solo evitar la evolución de la enfermedad, sino también revertir sus síntomas. El estudio abre nuevas vías en el abordaje de una patología que afecta en España a cerca de 300.000 personas.
El trabajo ha tomado como base el gen TFEB y ha revelado que la sobreexpresión del factor de transcripción de este gen en neuronas dopaminérgicas tiene un efecto neurotrófico y neuroprotector en ratones de laboratorio con Parkinson. Estos ratones han visto así incrementarse las enzimas que sintetizan la dopamina, relacionadas con esta patología neurodegenerativa.
Los autores del estudio señalan que los ratones sobreexpuestos al factor de transcripción TFEB no solo eran capaces de prevenir la muerte de las neuronas sino también, y esto es lo realmente novedoso, podían rescatar aquellas neuronas que se habían visto afectadas por el Parkinson. Así, las células dañadas por la enfermedad recuperaban su tamaño y funcionalidad normales.
La sobreexposición al factor de transcripción de TEFB tiene, además de estos efectos neuroprotector y de neurorrescate, una tercera ventaja añadida. Y es que, además, los investigadores han comprobado que contribuye a restablecer los niveles de dopamina deteriorados en el curso de la enfermedad. El Parkinson no tiene aún una causa exacta conocida, pero sí se sabe que unos niveles óptimos de dopamina alivian los síntomas de esta patología. De hecho, la mayoría de los tratamientos farmacológicos existentes se basan en la dopamina.
Los autores del trabajo destacan que este triple efecto de la sobreexposición al factor de transcripción de este gen tendrá un beneficio muy importante en el control de los síntomas de la enfermedad. Los tratamientos actuales permiten inicialmente mantener a raya algunas manifestaciones clínicas como las dificultades de movimiento, los temblores en reposo o la inestabilidad postural. Sin embargo, no funcionan en todos los pacientes y, en algunos casos, llega un momento en que no sirven para controlar los síntomas.
Los investigadores destacan que, visto el éxito con ratones, la elaboración de una estrategia farmacológica basada en este hallazgo permitirá mejorar, de forma muy notable, la calidad de vida de los pacientes de Parkinson. Los afectados por esta patología suman, gracias a este hallazgo, nuevas razones para la esperanza.
Redactado por:
Conectando Pacientes