MIGRAÑA - 30 de julio de 2020
El asma es una enfermedad respiratoria que provoca, en las personas que la padecen, dificultades para respirar, tos, dolor en el pecho y malestar debido a la inflamación de las vías respiratorias. Por su parte, la migraña se caracteriza por la dilatación de las arterias que se encuentran en el cráneo y su síntoma más común es un intenso dolor de cabeza.
A priori, y por su definición, puede parecer que son dos patologías que no tienen ninguna relación entre ellas, sin embargo, un estudio llevado a cabo por investigadores coreanos ha podido demostrar que existe una relación bidireccional entre estas dos patologías, por lo que las personas que padecen alguna de estas dos dolencias tienen más probabilidad de padecer la otra.
Lo cierto es que tanto las migrañas como el asma son dos patologías en las que se produce un proceso inflamatorio, en el que se activa la musculatura lisa (la que recubre las paredes de los vasos sanguíneos y se encarga de los movimientos involuntarios) y, en ambos casos, están influidas por alteraciones hormonales y por factores ambientales.
Para la realización de la investigación publicada en la revista Scientific Reports, la primera que demuestra esta relación bidireccional de las dos dolencias, se combinaron los datos de 113.059 pacientes con asma, con los de 113.059 pacientes de control, y los expedientes de 36.044 personas con migrañas, con los de 114.176 participantes como control en dos estudios paralelos con datos extraídos del Servicio Coreano de Revisión y Evaluación de Seguros de Salud.
En el primero de ellos se comparó el riesgo de padecer migrañas de las personas asmáticas con el del grupo de control sin asma y, en el segundo, se valoró en los pacientes con migrañas la posible aparición del asma, además de compararlos con el grupo de control que no padece ningún trastorno migrañoso.
Los resultados obtenidos probaron que los pacientes con migraña analizados tuvieron un riesgo de padecer asma 1,47 veces mayor que el grupo control. Asimismo, el riesgo de las personas asmáticas de sufrir migraña fue 1,37 veces mayor que aquellos que no presentaban la enfermedad respiratoria.
En concreto, durante los 43 meses que duró el periodo de seguimiento, el 5,3% de las personas asmáticas notificaron haber sufrido algún episodio de migrañas, mientras que en el grupo de control solamente lo hicieron el 3,4%. Por parte de los pacientes con migraña, presentaron alguno de los síntomas propios de la enfermedad asmática durante el tiempo que duró el estudio en un 15,4% de los casos, frente al 10,6% que los manifestaron en el grupo de personas sin migraña.
Los autores de la investigación apuntan a dos causas que podrían explicar esta relación bidireccional puesto que ambas patologías las comparten. Por un lado, el desequilibrio hormonal y, por otro, los factores ambientales desencadenantes como el tabaquismo, la obesidad o los agentes contaminantes de aire.
Estudios como éste demuestran que, en muchas ocasiones, por muy diferentes y distantes que parezcan dos enfermedades, siempre puede haber uno o varios factores en común entre las patologías.
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