Introducción
Más de 5 millones de españoles (un 12-13 % de la población) padecen migraña. Se considera que es la enfermedad neurológica más prevalente en nuestro país(1).
La migraña se caracteriza por ser un dolor palpitante, de intensidad moderada o intensa y que se localiza habitualmente en un único lado de la cabeza. Con frecuencia, estas cefaleas vienen acompañadas de otros síntomas, entre los que destacan los gastrointestinales(2).
El 80 % de las personas que padecen esta enfermedad en España son mujeres, de edades que oscilan entre los 20 y 40 años(1). Las mujeres suelen tener dolores de cabeza más largos, más fuertes y suelen repetirse habitualmente.
¿Cuáles son los síntomas digestivos más comunes de las migrañas?
Las crisis migrañosas a menudo se asocian con las náuseas y los vómitos. Además, hay evidencias de que las personas con dolores de cabeza frecuentes tienen más probabilidades de desarrollar trastornos gastrointestinales(2).
¿Los síntomas gastrointestinales aparecen frecuentemente?
Las náuseas y los vómitos son un síntoma frecuente de la migraña. El 74 % de los pacientes con migrañas sufren náuseas y vómitos y están considerados como criterio de diagnóstico de la migraña crónica(3-5).
Además del malestar que provocan, ¿las náuseas y vómitos influyen en la migraña de otro modo?
Las náuseas y los vómitos dificultan el manejo de la migraña al limitar la absorción oral de los tratamientos, lo que causa una mayor carga en la calidad de vida del paciente(6).
En estos casos, para garantizar la absorción de los medicamentos, se deben considerar otras vías de administración no orales(6).
¿Existen otros síntomas digestivos que acompañan a la migraña?
El reflujo, la diarrea, el estreñimiento, el síndrome del intestino irritable o la enfermedad celíaca son otro tipo de afecciones que podrían acompañar a las migrañas(2).
¿Puede la alimentación provocar náuseas o vómitos?
No está definido si la alimentación puede influir en las náuseas o vómitos de las personas que padecen migrañas con síntomas digestivos, pero ciertos alimentos y conservantes en los alimentos pueden desencadenar migrañas en algunas personas.
En lo que se refiere a los alimentos, 1 de cada 5 pacientes con migraña se ven afectados por los alimentos que consume(7). Aunque no se debe hacer una dieta estricta, es conveniente detectar qué alimentos desencadenan la cefaleas para evitar su consumo.
Los desencadenantes relacionados con los alimentos pueden ser(8):
- Alimentos procesados, fermentados, adobados o marinados.
- Productos horneados.
- Chocolate.
- Productos lácteos.
- Alimentos que contengan glutamato monosódico (GMS).
- Alimentos que contengan tiramina que incluyen el vino rojo, el queso curado, el pescado ahumado, los hígados de pollo, los higos, algunas legumbres, etc.
- Frutas (aguacate, plátano, cítricos).
- Carnes que contengan nitratos (como el tocino, los perritos calientes, el salami, las carnes curadas).
- Nueces.
- Cebollas.
- Mantequilla de cacahuete.
¿Qué puedo hacer?
Visitar a un médico o neurólogo es vital para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y que se realice el diagnóstico de la manera más temprana posible y acceder a un tratamiento efectivo.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología, en España más de un 40 % de los pacientes está sin diagnosticar y más del 50 % se automedica(1), circunstancias que solo ayudan a cronificar su enfermedad. Muchos de los medicamentos guardados en los botiquines de los hogares españoles podrían agravar las náuseas o los vómitos.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
El tratamiento de la migraña debe adaptarse a las necesidades de cada paciente(9). Los triptanes son un tratamiento específico para las migrañas del que existen formulaciones nasales recomendadas para pacientes mayores de 12 años, que además de reducir el dolor de cabeza, han demostrado reducir otros síntomas como la fotofobia, la fonofobia y las náuseas(10,11).
Estos tratamientos nasales, beneficiosos en pacientes con náuseas y vómitos, proporcionan:
- Rapidez y eficacia(11).
- Una respuesta continuada durante 24 horas(12).
- No requieren ingesta de líquidos(13), por lo que pueden administrarse en el primer momento del inicio del dolor, independientemente del lugar y situación en los que se encuentre la persona.
Todo ello favorece una mayor calidad de vida al paciente que le permite volver a sus actividades habituales rápidamente.
Todos los tratamientos se enfocan en la mejora de los síntomas y la calidad de vida del paciente, reduciendo el carácter invalidante de las migrañas.
Fuentes
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