HIPERTENSIÓN - 23 de noviembre de 2020
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 llena las parrillas informativas hasta el punto de hacernos olvidar otras patologías también muy importantes. Es el caso de hipertensión arterial, también llamada la “pandemia silenciosa del siglo XXI”, una dolencia muy prevalente que, según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), afecta al 35% de los adultos españoles, y al 68% de los mayores de 65 años.
Tal y como explica esta institución, la hipertensión es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la presión en el interior de los vasos sanguíneos, en concreto, las arterias, de forma que con el tiempo estos se van dañando progresivamente. Este deterioro favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio, el ictus o las insuficiencias cardiacas, y problemas renales, entre otras complicaciones.
Según cuenta la doctora Yolanda Hernández, especialista del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, las estadísticas indican que hay un mayor porcentaje de hipertensión en hombres que en mujeres en edades menores de 45 años. Entre los 45-64 años se van equiparando los datos y, a partir de los 65 años, la tendencia se invierte y el porcentaje de mujeres es mayor que el de hombres.
Añade además que, el propio hecho de ser mayor de 65 años, ya se considera un factor de riesgo a la hora de poder padecer esta patología. "La hipertensión arterial se va desarrollando con la edad a partir de los 40-50 años, aunque ahora la combinación de hábitos de vida no saludables, en cuanto a dieta y actividad física está haciendo que cada vez detectemos hipertensión en pacientes en edades tempranas, entre los 25 y los 30 años”, comenta la doctora Hernández y advierte de que “es importante hacerse controles de tensión arterial a cualquier edad y más si se tienen factores como ser obeso, fumador, diabético, o que presente síntomas de cefalea crónica, entre otras cosas”.
Aunque se trata de un factor de riesgo modificable gracias a las opciones terapéuticas que existen hoy en día, no conviene confiarse porque es una enfermedad que, cuando avisa, ya ha podido hacer algún daño importante a nuestro organismo. “Se la conoce como la 'asesina silenciosa' porque muchas veces no da síntomas y va progresivamente dañando todo nuestro sistema cardiovascular, pudiendo afectar a grandes y a pequeños vasos y órganos como el corazón, los riñones o el cerebro" apercibe la especialista.
La enfermedad actúa atacando de manera silenciosa a los llamados “órganos diana” (corazón, riñones y cerebro) y después ya reproduce los síntomas propios de la enfermedad cardiovascular.
En conclusión, la hipertensión no entiende de edades y es importante chequear cada cierto tiempo la tensión arterial para controlar que ésta se encuentre dentro de los parámetros que se consideran aceptables. Además, tanto si se padece, como si no, conviene adoptar una serie de medidas que servirán como prevención y, en los casos diagnosticados, puede evitar incluso que haya que recurrir a algún tipo de medicamento. Entre otras acciones, se recomienda reducir el consumo de sal, seguir una dieta baja en grasas, realizar algo de ejercicio a diario, controlar el peso, no consumir alcohol, dejar de fumar y evitar situaciones de estrés.
Redactado por:
Conectando Pacientes