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El riesgo de tromboembolismo aumenta en pacientes que han superado la COVID-19

HIPERTENSIÓN - 19 de marzo de 2021

Desde hace casi un año, el coronavirus ha cambiado radicalmente nuestra forma de vivir. En este tiempo, se han realizado diferentes estudios para tratar de conocer mejor cómo funciona el virus y cómo nos afecta a las personas, más allá de cambiar nuestra forma de relacionarnos con otros y nuestros hábitos sociales.

En diferentes trabajos, se ha analizado cómo el coronavirus afecta al sistema cardiovascular, puesto que se ha observado que la respuesta inflamatoria que provoca el virus favorece la aparición de trombosis venosas o arteriales. La conclusión a la que han llegado los autores de varias de estas investigaciones es que las personas afectadas por el coronavirus tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad tromboembólica venosa una vez superada la infección por COVID-19.

La trombosis se ocasiona cuando se forma un coágulo de sangre en el interior de una vena interrumpiendo el flujo normal de sangre de vuelta al corazón y haciendo que esta se acumule en la pierna produciendo hinchazón y dolor. Si un trombo venoso se rompe y se desprende, termina llegando a los pulmones, lo que provoca una obstrucción en el interior de las arterias pulmonares, que desemboca en lo que se conoce como embolia pulmonar.

Este tipo de patología presenta signos como parámetros de coagulación de la sangre anormales, los niveles de D-dímero elevados y, en la gran mayoría de pacientes, se da coagulación intravenosa diseminada. Otros síntomas más visibles son hinchazón en el brazo o en la pierna (con mayor frecuencia), acompañada de sensación de dolor. En el caso de sentir alguno de estos síntomas, es vital acudir a urgencias, para detectar el coágulo y evitar que este se desprenda y llegue a los pulmones.

 

En otros estudios se advierte de las limitaciones de cara a la atención extrahospitalaria en la que los médicos sugieren la utilización de medidas de tromboprofilaxis en pacientes de COVID-19. Dentro de las medidas, se establece también la importancia de seguir una evaluación y realizar un diagnóstico continuado desde la atención primaria, que permita evaluar los riesgos de enfermedad tromboembólica venosa como consecuencia de haber padecido coronavirus.

La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia considera una serie de factores de riesgo trombótico en pacientes de COVID-19 con estadios más graves de la enfermedad, aquellos pacientes en los que el nivel de Dimero D está por encima de 3.000 ng/ml, tienen antecedentes familiares o personales de enfermedad tromboembólica venosa, trombofilia conocida, han sido sometidos a una cirugía recientemente, se encuentren en estado de gestación y hayan sido tratados con terapia hormonal sustitutiva.

Algunas de las recomendaciones que se plantean en dicho estudio son las siguientes:

  • Realizar una evaluación individualizada del riesgo trombótico y del riesgo hemorrágico en el paciente, así como una evaluación continua de riesgos en pacientes de COVID-19 para poder ajustar la estrategia de tromboprofilaxis.
  • Para pacientes de COVID-19 que presentan alto riesgo, se recomienda administrar Heparina de Bajo Peso Molecular (HBPM) como medicamento de primera línea. En el caso de presentar bajo riesgo se debe valorar de manera individual la tromboprofilaxis no farmacológica, así como un seguimiento continuo del estado de riesgo del paciente.
  • En el caso de ser personas que han estado en contacto con pacientes aislados y con alto riesgo, aconsejan tromboprofilaxis con HBPM. En el caso de bajo riesgo, la recomendación es valorar y realizar un seguimiento continuo del estado de riesgo.
  • Tener en cuenta la función renal del paciente para considerar el tipo de HBPM que debe ser pautada.

Con esta información, se puede observar que el coronavirus se une a la lista de factores que aumentan el riesgo de sufrir este tipo de accidentes cardiovasculares. Por ello, es más importante que nunca seguir las siguientes recomendaciones para evitar que sucedan:

  • Caminar a diario. La mejor manera de prevenir la formación de coágulos en las venas de las piernas reside en el movimiento. Moverse y contraer los músculos es una de las maneras más efectivas de prevenir la formación de coágulos.
  • Elevar las piernas de forma frecuente, con el fin de mejorar la correcta circulación de la sangre.
  • Usar ropa cómoda y holgada, especialmente en la zona de las piernas y los pies.
  • Seguir todas las recomendaciones de los sanitarios, sobre todo en cuanto a medicamentos o a ejercicios para favorecer la salud cardiovascular.

 

 

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