La hipertensión arterial, comúnmente conocida como la tensión alta, es una condición que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Una de sus principales causas es el consumo excesivo de sal, un nutriente esencial para nuestro organismo. Esto es debido a que el sodio retiene líquidos en el cuerpo, lo que aumenta el volumen de sangre y ejerce una mayor presión sobre las paredes de las arterias. A largo plazo, esta presión puede dañar el sistema cardiovascular e incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Reducir la cantidad de sal que ingerimos es el primer paso para controlar la hipertensión y empezar a llevar una dieta más saludable. Algunos consejos prácticos para disminuir el consumo de sal son:
- Leer las etiquetas de los alimentos: Al hacer la compra, es fundamental prestar atención a las etiquetas de los productos y controlar el contenido de sodio de lo que vayamos a comprar. Escoge los productos que contengan menos sal, intenta evitar los alimentos procesados y precocinados, los embutidos y los aperitivos salados.
- Cocinar en casa: Al preparar nosotros mismos la comida, tenemos un mayor control sobre los ingredientes que utilizamos. En vez de añadir sal, aporta sabor utilizando especias, hierbas aromáticas, limón u otros condimentos naturales. De esta manera, podrás disfrutar de sabores deliciosos sin aumentar tu consumo de sal.
- Eliminar el salero de la mesa: Dejar de tener el salero a mano mientras comemos puede parecer un hábito simple, pero es realmente efectivo, ya que evitamos la tentación de añadir sal adicional la comida. Además, las papilas gustativas poco a poco se irán adaptando a sabores menos salados y descubrirán nuevos matices y aromas en los alimentos.
- Escoger alimentos frescos y naturales: Prioriza el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Estos alimentos son ricos en nutrientes y bajos en sodio. Además, las frutas y verduras contienen potasio, un mineral que contribuye a reducir la presión arterial.
- Moderar el consumo de alimentos ricos en sodio: Algunos alimentos, como el pan, los quesos, los cubitos de caldo y las salsas como la salsa de soja o la salsa de pescado, pueden tener un alto contenido en sal, aunque no lo parezca. Es importante consumirlos con moderación y optar por versiones bajas en sal de estos alimentos.
- Aumenta el cuidado en los restaurantes: Al comer fuera de casa, es recomendable leer la carta y pedir aquellos platos con un bajo contenido en sal. Los menús de algunos restaurantes ofrecen opciones más saludables o incluso pueden adaptar la preparación de los platos según tus preferencias.
- Lleva un estilo de vida saludable: Reducir el consumo de sal no es la única medida para controlar la hipertensión, también es esencial llevar un estilo de vida saludable. Practicar ejercicio, seguir una dieta equilibrada, limitar el consumo de alcohol y bebidas excitantes, no fumar y mantenernos en el peso ideal son aspectos clave para mantener la hipertensión.
Recuerda que cada pequeño cambio cuenta, y empezar a adoptar estos consejos en nuestro día a día para reducir el consumo de sal, puede marcar una gran diferencia en tu salud a largo plazo.
Fuentes: