HIPERTENSIÓN - 26 de julio de 2019
La última Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología ha presentado buenas noticias para las personas que padecen hipertensión. Y es que, según datos de un nuevo estudio, las personas que duermen la siesta después de comer reducen su presión arterial de la misma forma que lo hacen algunos medicamentos.
Los resultados de esta investigación concluyen que una siesta de media hora genera una bajada media de 5 milímetros de mercurio, (mm Hg), unidad en la que se mide la tensión arterial. Por cada 60 minutos más de sueño en la mitad del día, la presión arterial sistólica promedio de 24 horas disminuyó en 3 mm Hg. “El sueño del mediodía parece disminuir los niveles de presión arterial en la misma magnitud que otros cambios en el estilo de vida, como la reducción de la sal y el alcohol, que pueden reducir los niveles de presión arterial entre 3 y 5 mm Hg”, explica Manolis Kallistratos, cardiólogo del Asklepieion General Hospital de Voula (Grecia), y uno de los coautores del estudio. “Un medicamento antihipertensivo de dosis baja generalmente disminuye los niveles de presión arterial entre 5 y 7 mm Hg de media”, añade este científico.
En el estudio participaron 212 personas con una presión arterial media de 129,9 mm Hg, que tuvieron un medidor de la presión arterial durante 24 horas que recogía los datos de su tensión. Los pacientes tenían alrededor de 62 años y más de la mitad eran mujeres. Además, aproximadamente 1 de cada 4 participantes eran fumadores y / o tenían diabetes tipo 2 para simular los factores de riesgo más comunes en enfermedades del corazón.
Este grupo se dividió en dos: los que dormían la siesta y los que no. Además también se tuvo en cuenta los hábitos de estilo de vida (por ejemplo, el consumo de alcohol, café y sal, los niveles de actividad física) y la velocidad de la onda del pulso, una medida de rigidez en las arterias que hace que aumente la tensión.
Los resultados fueron que, en general, la presión arterial sistólica promedio de 24 horas fue 5,3 mm Hg más baja entre los que dormían la siesta en comparación con los que no lo hicieron. También parecía haber una relación directa entre el tiempo de siesta y la presión arterial, ya que, por cada hora de siesta, la presión arterial sistólica promedio de 24 horas disminuyó en 3 mm Hg.
“No queremos alentar a las personas a dormir muchas horas durante el día, pero, por otro lado, no deben sentirse culpables si pueden tomar una siesta corta, dados los posibles beneficios para la salud”, comenta este investigador. “Aunque ambos grupos estaban recibiendo la misma cantidad de medicamentos y la presión arterial estaba bien controlada, seguía habiendo una disminución significativa en la presión arterial entre los que dormían durante el mediodía”, confirma.
El estudio griego revela, pendiente de otros ensayos que concreten sus resultados, que llevar una dieta equilibrada y un descanso adecuado ayudan a bajar los niveles de tensión arterial.
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