La relación entre dieta y colesterol es conocida. Seguro que sabes que una alimentación basada en carnes rojas, comida rápida de baja calidad, o bollería industrial incrementa los niveles de colesterol LDL o malo. Lo que quizá no sabes es que la llamada dieta mediterránea, rica en verduras, frutas, frutos secos, carnes blancas, pescado y aceite de oliva, aumenta el colesterol HDL o bueno. De eso precisamente queremos hablarte en este artículo.
Cada vez hay más estudios que confirman las propiedades de la dieta mediterránea para reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. La Sociedad Española de Cardiología, por ejemplo, hizo pública una investigación, según la cual la dieta mediterránea disminuye hasta en un 30% del riesgo de muerte cardiovascular ya que se asocia a una menor frecuencia de infartos de miocardio e ictus cerebrales.
Nuestro consejo, por lo tanto, es que, si todavía no lo has hecho, incorpores a tu rutina de alimentación los nutrientes que tradicionalmente han formado parte de la dieta mediterránea. ¿Cuáles son?
- Aceite de oliva. También llamado oro líquido.
- El aceite de oliva mejora el tránsito intestinal.
- Favorece la digestión.
- Facilita la absorción de nutrientes como el calcio, el zinc, el fósforo y el magnesio.
- Ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre.
- Contiene antioxidantes que previenen enfermedades como la demencia senil.
- Sus grasas de origen vegetal reducen el colesterol y controlan la hipertensión.
- Es además muy rico en vitaminas A, D, K y E, por lo que tiene propiedades cosméticas.
- Frutas y verduras
- Ricas en vitaminas A y C por lo que tienen propiedades para fortalecer los huesos, conservar la vista y activar nuestro sistema inmune, el que nos protege de las enfermedades.
- Apenas contienen grasas por lo que no incrementan nuestros niveles de colesterol.
- Su alto contenido en fibra ayuda a regular el tránsito intestinal.
- Su efecto saciante también es muy recomendable en dietas de control de peso.
- Contienen mucho magnesio y potasio que favorecen el buen funcionamiento del sistema nervioso.
- Tienen propiedades antioxidantes con capacidad para retrasar el envejecimiento prematuro de las células.
- Pescado
- Rico en grasas cardiosaludables y bajo en grasas saturadas, las más perjudiciales para nuestro organismo.
- Fuente de vitaminas A, D, E, B6 y B12, fundamentales para el crecimiento y el desarrollo.
- Cocinados al vapor, aportan pocas calorías por lo que también son ideales en dietas de adelgazamiento.
- Presentan proteínas, aminoácidos y alta concentración de minerales que favorecen nuestro organismo.
- Carnes blancas
- Tienen poco contenido en colesterol malo o LDL.
- Contienen proteínas de calidad similares a las presenten en la carne de vacuno pero con la ventaja de que son menos grasas.
- Muy ricas en vitaminas que protegen nuestro sistema nervioso y la piel.
- Aportan minerales como el zinc, el potasio, el fósforo y el hierro por lo que fortalecen nuestros huesos, sistema inmune y producción de hemoglobina.
Carnes blancas, pescados azules, aceite de oliva, frutas y verduras… siempre han formado parte de nuestra dieta. Si todavía no las has incorporado, aún estás a tiempo. ¡Reduce tu colesterol, protege tu corazón!