EPILEPSIA - 21 de enero de 2023
La epilepsia en niños puede agravarse con la gripe. La enfermedad infecciosa aumenta el riesgo de desencadenar convulsiones en los niños con epilepsia. Así lo han evidenciado investigadores del Instituto de Investigación infantil Murdoch y la Universidad de Melbourne (Estados Unidos), quienes manifiestan la importancia de que los niños con epilepsia grave se vacunen contra la gripe.
La gripe es una enfermedad altamente contagiosa provocada por el virus influenza tipo A presente en el aire que respiramos. Este virus afecta a las vías respiratorias de las personas de todos los rangos de edad. Especialmente los niños son más susceptibles de padecer la enfermedad debido al desconocimiento y una menor preocupación por la higiene. Por ello, los profesionales sanitarios animan a los padres a ofrecer pautas a sus hijos para prevenir enfermedades infecciosas como, por ejemplo:
El estudio llevado a cabo en Estados Unidos implicó a niños con síndrome de Dravet (encefalopatía epiléptica de grado muy severo) que se habían contagiado de gripe. Los científicos hallaron que 21 niños tuvieron gripe 24 veces derivando en complicaciones cerebrales encontradas en el 88% de los casos. El 75% de ellos se recuperó con rapidez; sin embargo, la muerte o complicaciones cerebrales a largo plazo se dieron en 1 de cada 5 infecciones. Por otro lado, los investigadores manifestaron que existe un riesgo de padecer convulsiones después de vacunarse contra la gripe. Sin embargo, los resultados concluyeron que los beneficios de que los niños con epilepsia se vacunen son superiores a los riesgos de qué se produzcan convulsiones tras la vacunación.
No obstante, se produzcan convulsiones o no, es muy importante estar prevenidos y saber cómo actuar ante una crisis de epilepsia cuando se conviven con niños que tienen la enfermedad.
Una crisis epiléptica puede durar unos segundos o varios minutos y pueden producirse convulsiones generalizadas o focales. Las convulsiones pueden ser de un tipo u otro en función del tejido cerebral que se ve afectado durante la crisis. Por un lado, las convulsiones generalizadas son aquellas en las que toma parte todo el cerebro y las focales son las que empiezan en una parte concreta del cerebro. Cuando un niño tiene una convulsión se le debe colocar de lado para que no se ahogue si vomita, retirar los objetos con los que se pueda golpear, no introducir ni colocar nada en la boca, medir el tiempo que dura la crisis, ya que si es más de 5 minutos se debe llamar a urgencias y, sobre todo, no se le debe dejar solo durante la crisis. Además, una vez hayan terminado las convulsiones debemos asegurarnos de que se encuentra bien puesto que estás pueden provocar confusión, sensación repentina de pánico o miedo, cortos períodos de mirar fijamente… Así mismo si el menor padece diabetes, tiene fiebre, se lesiona o sufre una convulsión dentro del agua deberá acudir al médico inmediatamente.
Fuentes:
Redactado por:
Conectando Pacientes