ESCLEROSIS MÚLTIPLE - 31 de julio de 2023
El cuidado de la salud mental esta última década, sobre todo tras la pandemia de la COVID-19, ha sido un tema de gran preocupación no sólo social, sino también médica. Aunque la salud mental deba ser cuidada y protegida por cada individuo, las personas que sufren otras patologías, como la Esclerosis Múltiple, son propensos a sufrir mayores dificultades emocionales. Por eso, el cuidado de la mente debe ir de la mano del cuidado del cuerpo y del tratamiento de dicha enfermedad.
La asociación de Esclerosis Múltiple España explica cómo los pacientes que sufren esta patología se enfrentan a mayores dificultades en el terreno de la salud mental. La intermitencia de algunos síntomas de la enfermedad y la invisibilidad de otros, así como la incertidumbre del futuro del paciente, junto a la progresión de la enfermedad y la dificultad de aceptación del diagnóstico, pueden llevar a que en el paciente se manifiesten emociones complicadas de gestionar.
Asimismo, las personas que padecen Esclerosis Múltiple deben enfrentarse a un estigma que todavía perdura en la sociedad actual, y que les impide hablar abiertamente sobre su condición y sentirse comprendidos.
El miedo a lo que pueda ocurrir, la negación a aceptar el diagnóstico, la tristeza tras su asimilación y la ira y conmoción que la acompañan… pueden acabar en ansiedad y depresión y otros tipos de enfermedades y alteraciones del estado de ánimo.
Un informe elaborado por EMdata, que recoge datos extraídos de la base de datos clínicos de Atención Primaria, expone información sobre personas con Esclerosis Múltiple diagnosticadas de ansiedad o depresión.
Este informe muestra cómo el número de pacientes con Esclerosis Múltiple que sufren también ansiedad o depresión supera en alrededor de un 5% a los que también sufren estos trastornos, pero no padecen Esclerosis Múltiple. Asimismo, y según recoge el informe, los pacientes con Esclerosis Múltiple son más propensos a padecer ansiedad o depresión en la vida adulta, entre los 35 y los 64 años.
En base a estos datos, se puede deducir por tanto que es más probable que la depresión o la ansiedad se manifiesten en aquellas personas que padecen Esclerosis Múltiple que en la población general.
Las dificultades emocionales ya comentadas pueden colaborar a que estos trastornos del estado de ánimo aparezcan en estas personas que conviven con una enfermedad como la EM. Sin embargo, no se puede afirmar que el aspecto meramente emocional sea la causa de la aparición de la depresión o la ansiedad. Otros factores, como las alteraciones cerebrales y del sistema inmunitario que causa la EM o efectos secundarios de algunos fármacos pueden colaborar en la aparición de malestar o problemas emocionales.
Por eso, un cuidado de la salud mental y una buena gestión emocional ayudarán al bienestar de aquellos que padecen Esclerosis Múltiple y a aceptar su diagnóstico, fortalecerán su capacidad de adaptación y protegerán a las personas de problemas cognitivos.
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