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El relevante papel de las células T rebeldes en la Esclerosis Múltiple

ESCLEROSIS MÚLTIPLE - 30 de enero de 2020

La lucha contra la esclerosis múltiple ha conseguido dar un nuevo paso adelante y ha encontrado una nueva forma de atacar la enfermedad gracias a la última investigación de un grupo de científicos del Boston Children's Hospital, en Estados Unidos.

Esta patología, de la que se desconoce su origen y causas, se produce cuando la mielina, capa que protege las fibras nerviosas del sistema nervioso central, se destruye, provocando, en una fase inicial, sensación de cansancio, problemas de visión o vértigos, y, en fases más avanzadas, dificultades para el habla e, incluso, para caminar.

Los investigadores han descubierto en ratones que, al atacar un subgrupo concreto de células T auxiliares, causantes de la esclerosis múltiple, y la proteína que se encuentra en su superficie, la CXCR6, se puede prevenir y revertir la patología en los sujetos analizados. Por el momento, este avance solo se ha podido comprobar y demostrar en ratones, pero, si se confirman los estudios en personas, volver la mirada sobre estas células T rebeldes podría mejorar la enfermedad.

Aunque se conocen muchos tipos diferentes de células T auxiliares, que son las que contienen la esclerosis múltiple que ataca a la mielina, el estudio se centró en uno muy concreto que contiene la proteína CXCR6. Estas células, que tienen una gran capacidad de reproducción y se extienden rápidamente, son muy dañinas y atacan directamente a las otras células afectadas.

“No sabemos si este enfoque sería apropiado para todos los casos de EM, pero podría ser efectivo en las etapas inflamatorias tempranas de la enfermedad y para atacar las células recién formadas durante las exacerbaciones de la enfermedad", explicaban los investigadores que al mismo tiempo llamaban a la prudencia. Según ellos, estos hallazgos también podrían aplicarse a otros tipos de otras formas de encefalomielitis autoinmune, además de a la artritis inflamatoria.

Durante la investigación, publicada en la revista científica PNAS, también se ha observado que estas células producen una gran cantidad de una proteína que se llama serpinB1 (Sb1), y que su presencia es necesaria para que se manifiesten los síntomas de la enfermedad. Al eliminar la proteína en las células T de los ratones, sobrevivieron menos células malignas y la enfermedad mejoró en comparación con los ratones en los que no se hizo ese proceso. Más tarde, el equipo demostró que estas células que contienen Sb1 podrían identificarse fácilmente con anticuerpos dirigidos a la proteína de superficie CXCR6.

Gracias a un trabajo multidisciplinar de los hospitales Boston Children’s y Brigham and Women’s, los investigadores observaron que los anticuerpos monoclonales que emplearon para atacar al CXCR6 provocaban una desaparición importante de las células dañinas en los ratones que evitaban así contraer la esclerosis múltiple.

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