ENF. DE CROHN - 6 de mayo de 2022
La enfermedad de Crohn es una afección autoinmune que produce una inflamación en cualquier parte del aparato digestivo, desde la boca hasta el ano, aunque es más frecuente en el tramo final del intestino delgado y el colon. Una reciente investigación, publicada en la revista científica Gut, de la Universidad Técnica de Múnich, ha identificado un marcador que permite prever los episodios de inflamación.
Las mitocondrias, el orgánulo encargado de generar energía para que la célula funcione correctamente, son fundamentales para el metabolismo de las células madre intestinales. El problema surge cuando, debido a un proceso de inflamación crónica, el metabolismo de este tipo de células se inhibe y se produce una pérdida funcional de las células madre. Al analizar las células epiteliales intestinales de pacientes con la enfermedad de Crohn y comparándolas con los estudios realizados en ratones, el grupo de científicos alemanes ha descubierto esta relación.
La función de las células madre se basa en el mantenimiento y la regeneración de los tejidos, lo que las convierte en indispensables en cualquier persona y, especialmente en la recuperación de los pacientes de Crohn.
Dentro de los intestinos, las células madre encuentran un aliado clave en las células Paneth, conocidas como los guardianes del nicho de las células madre, puesto que se encargan de la defensa inmunológica local y de crear un entorno idóneo para que las células madre puedan desarrollar su función.
La particularidad de las personas que sufren la enfermedad de Crohn es que tienen menos células Paneth y que, además, su funcionalidad está limitada. Por ello, los investigadores analizaron en ratones las causas de estas alteraciones de las células Paneth y trataron de averiguar su incidencia en el metabolismo de las células madre.
Paralelamente, se realizaron biopsias intestinales a un grupo de pacientes con la enfermedad de Crohn, examinando con especial atención el nicho de las células madre. A los seis meses, exploraron, a través de una endoscopia, los intestinos de estas mismas personas en busca de algún signo de inflamación.
Al comparar los resultados de ambas pruebas, el grupo de investigación pudo comprobar que, efectivamente, las alteraciones microscópicas en el nicho de las células madre eran particularmente prevalentes en los pacientes que mostraban síntomas de que habían sufrido una recaída de la inflamación a los seis meses.
Como explica uno de los autores, Dirk Haller, "estos cambios en el nicho de las células madre son un indicador muy temprano del inicio de los procesos inflamatorios. Por lo tanto, la aparición del nicho de células madre puede utilizarse para evaluar la probabilidad de una recurrencia de la enfermedad después de la resección de las partes originalmente afectadas del intestino delgado".
Este hallazgo supone un gran paso para lograr un diagnóstico precoz de estas recaídas y poder trazar una estrategia terapéutica más efectiva, que mejore la calidad de vida de los pacientes y que evite que tengan que pasar por ese doloroso proceso en repetidas ocasiones.
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