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Diferencias entre Cuci y Enfermedad de Crohn

ENF. DE CROHN - 10 de septiembre de 2017

La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa (Cuci) son dos trastornos crónicos de carácter autoinmune comúnmente conocidos como enfermedades inflamatorias del intestino, una denominación común que oculta tanto similitudes como diferencias. Confundirlas puede dificultar el diagnóstico concreto del problema y retrasar el tratamiento integral y diferenciado que requieren.

Dentro del apartado de similitudes, tanto Cuci como Crohn comparten algunos síntomas. Ambas enfermedades producen dolor y calambres abdominales, pérdida de peso, pérdida de apetito y debilidad. Ambas, también, tienen períodos de remisión en los que no se presentan síntomas de la enfermedad notables. El revestimiento del tracto digestivo se cura y no muestra signos de inflamación. Es por ello que los objetivos básicos del tratamiento en ambos casos son obtener la remisión y, una vez que eso se haya logrado, mantenerla.

Si no se puede lograr la remisión, entonces el siguiente objetivo es reducir la inflamación para mejorar la calidad de vida del paciente. Algunos de los medicamentos usados para llevar esto a cabo pueden ser los mismos, pero administrados en dosis diferente y en distintos períodos de tiempo.

En este punto se hace preciso conocer las diferencias entre ambas. La principal es la zona afectada. Mientras que la enfermedad de Chron afecta al tubo digestivo desde la boca hasta el ano, la Cuci hace lo mismo en toda la zona del intestino grueso produciendo unos síntomas casi idénticos. En el capítulo de las lesiones, la diferencia se debe a que en el Crohn la inflamación penetra en toda la pared intestinal, mientras que la colitis ulcerosa sólo afecta a la parte más profunda de la misma.

Así, la primera lesiona el intestino delgado de forma preferente y puede originar granulomas (masas en forma de esferas compuestas por células del sistema inmunitario que se agrupan cuando intentan aislar sustancias que el cuerpo no reconoce) y fístulas (fisuras que se abren en la piel o en las mucosas). La colitis ulcerosa en cambio no lesiona el intestino delgado; ni causa granulomas o fístulas. Asimismo, el Crohn puede dejar áreas normales entre las áreas afectadas por la inflamación, algo que no ocurre en la colitis ulcerosa.

Con respecto a los síntomas diferenciadores, los más frecuentes de la colitis ulcerosa son la diarrea, dolores cólicos abdominales, evacuaciones con moco y sangre fresca. En el caso del Crohn, el dolor en el abdomen derecho, diarrea, pérdida de peso, sangrado rectal y fiebre. El sangrado crónico puede provocar anemia en ambos casos.

La recomendación es que al presentar diarrea, dolor abdominal o molestias gastrointestinales persistentes, se acuda al médico para evaluación a la mayor brevedad posible. También será fundamental acudir a un experto dietista. Una buena nutrición es siempre un factor fundamental a la hora de afrontar cualquier enfermedad crónica, y más todavía en el caso del Crohn y de la colitis ulcerosa, que no afectan a todos por igual. Una dieta personalizada contribuirá a mejorar los síntomas, impactando positivamente en la calidad de vida.

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