COLESTEROL - 15 de enero de 2021
La hipertensión arterial y la obesidad son dos patologías que siempre han estado estrechamente relacionadas, sin embargo, hasta ahora se desconocían cuáles eran los motivos exactos por los que la segunda produce un aumento de la presión de la sangre que circula por nuestras arterias.
Desde la década de los años 70, la obesidad es una enfermedad que ha ido cada vez afectando a más y más gente, hasta el punto de que, desde entonces, se ha casi triplicado el número de personas obesas en el mundo y, con ella, los casos de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares, entre otros problemas de salud.
En un estudio publicado en la revista científica Circulation, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, han identificado los mecanismos celulares que producen la hipertensión arterial en personas con obesidad y trazado las primeras líneas por las que se puede encarar la búsqueda de un tratamiento que trate de manera más específica y efectiva este trastorno cardiovascular.
Tal y como explica Swapnil K. Sonkusare, autor principal de la investigación, "nuestro estudio identifica los mecanismos celulares que aumentan la presión sanguínea en la obesidad, y muestra que estos mecanismos pueden ser dirigidos para bajar la presión sanguínea. Si somos capaces de diseñar los compuestos apropiados, podríamos ser capaces de tratar la hipertensión en pacientes obesos”.
La comunidad científica siempre ha sospechado que la hipertensión arterial en la obesidad está relacionada con problemas en las células endoteliales que recubren las pequeñas arterias del cuerpo que controlan la presión a la que circula la sangre. En cambio, nunca se había podido demostrar esa relación directa.
El grupo de investigación liderado por Sonkusare descubrió que la proteína TPRV4 que se encuentra en las membranas que rodean las células endoteliales, de la pared de las arterias, y que permite que el calcio entre en las células y mantenga una presión sanguínea normal, se ve alterada por la obesidad.
"En condiciones saludables, la TRPV4 en estos diminutos microdominios ayuda a mantener una presión sanguínea normal. Nosotros, por primera vez, mostramos la secuencia de eventos que conducen a un microambiente dañino para la entrada de calcio a través del TRPV4. Creo que el concepto de microdominios patológicos va a ser muy importante no sólo para los estudios relacionados con la obesidad, sino también para los estudios de otros trastornos cardiovasculares", expone el investigador principal.
Los autores de la investigación pudieron observar que la obesidad provoca un aumento de los niveles de las enzimas que producen peroxinitrito en los microdominios que contienen TRPV4. El peroxinitrito actúa silenciando el TRPV4, lo que provoca una disminución de la entrada de calcio en las células. Si la cantidad de calcio es inadecuada, la presión arterial aumenta.
Ahora, Sonkusare y su equipo consideran que sería más afectivo, a la hora de tratar y prevenir la hipertensión en la obesidad, que los tratamientos se dirigiesen a la peroxinitrita o a las enzimas que la fabrican. De esta forma se evitarían los efectos secundarios que se pueden producir al intentar enfocarlos al TRPV4.
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