COLESTEROL - 15 de septiembre de 2024
El ayuno intermitente es una estrategia nutricional validada por la evidencia científica y con esto nos referimos a que no es ningún patrón dietético milagroso como los que salen con frecuencia en medios y redes. Pero decir que tiene evidencia científica y nada más, es quedarnos sumamente cortos ya que hay que validar para qué sí y para qué no, para quién y sus efectos en nuestro organismo.
En este artículo queremos hablar concretamente sobre la relación que tiene el ayuno intermitente con las dislipemias (alteraciones de los niveles de lípidos en sangre) y la salud cardiovascular, concretamente con el colesterol.
Hay estudios que demuestran una relación entre el ayuno intermitente, además de dietas saludables y completas en nutrientes bajas en calorías, con una mejoría en sangre de los niveles de colesterol totales, los triglicéridos y los niveles de colesterol LDL, también llamado “colesterol malo”. En cuanto al colesterol HDL o “bueno”, no hay resultados significativamente estadísticos como para relacionarse el ayuno con unos niveles adecuados.
Estas dislipemias suelen ir ligadas al sobrepeso y a la obesidad y lo que también se ha observado es que el ayuno intermitente no se asocia a una mayor o menor pérdida de peso o de mejora de parámetros clínicos que las dietas de ayuno no intermitente. Por ende, se necesitan más datos sobre parámetros fisiológicos, psicológicos y bienestar general para evaluar adecuadamente el papel del ayuno intermitente en el tratamiento de la obesidad, el sobrepeso y las dislipemias (y mejora del colesterol).
En otros estudios, se ha analizado el conjunto de ayuno intermitente más ejercicio físico y su impacto en los niveles de colesterol donde se observa que mejora algunos resultados cardiometabólicos (peso corporal, presión arterial y perfil lipídico) en comparación con una dieta sin ayuno intermitente, pero manteniendo la variable del ejercicio.
No obstante, las referencias bibliográficas también nos muestran que faltan datos como para poder sostener de forma sólida estas afirmaciones al igual que hay factores que están relacionados y que pueden ser coadyuvantes de la mejoría como el estilo de vida derivado del ejercicio, buen descanso, alimentación nutritiva, entre otros y deben tenerse en cuenta en las intervenciones sanitarias.
Y, por último, no olvidemos que hay diferentes formas de aplicar el ayuno intermitente generando reposos metabólicos y cardiovasculares de 4hrs entre comidas y ayunos nocturnos de 10-12hrs hasta ayunos más drásticos de 24hrs. Tener en cuenta las características individuales para poder aplicarlo de la mejor manera posible, es fundamental ya que, a veces buscando la salud, acabamos perdiéndola de lo complicado que nos ponemos el camino.
Redactado por:
Alimentación 3S