ANISAKIS - 30 de enero de 2020
Hasta hace una década, casi nadie había oído hablar del anisakis y, aunque ya no sea un parásito que abre los telediarios y ocupa las portadas de los principales diarios, lo cierto es que sigue muy presente en nuestro día a día. En la mesa de todos hay todo tipo de pescados y mariscos: el hábitat del anisakis. Sin embargo, existe una amplia variedad de especies que son “inmunes” a este parásito, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aecosan).
Este grupo, en el que se incluyen gambas, langostinos, cigalas, langostas y bogavantes, percebes, nécoras, centollos y cangrejos, es de los más seguros. Se pueden consumir frescos, porque no es imprescindible congelarlos previamente, y se pueden comer crudos, porque no es estrictamente necesario cocinarlos antes de servirlos en la mesa. No obstante, la Aecosan recomienda comerlos cocidos o la plancha.
A pesar de que afirma que "se pueden comer perfectamente sin ningún miedo al anisakis", la doctora María Teresa Audicana, especialista en alergología del hospital Universitario de Vitoria, advierte de que "existen otras alergias relacionadas con este tipo de marisco", aunque "no tienen nada que ver con el anisakis".
Desde los mejillones, las almejas o los berberechos, hasta las ostras o las navajas, los moluscos con concha son el tipo de marisco más seguro frente al anisakis y se pueden ingerir perfectamente crudos. Al igual que en el caso de los crustáceos, aunque no tengan anisakis, existe el riesgo de que su consumo pueda producir otro tipo de alergias.
Si los moluscos duros son el marisco más seguro contra el anisakis, los blandos son con los que más cuidado hay que tener a la hora de consumirlos si queremos evitar que el parásito se pueda alojar en nuestro cuerpo. Este grupo está formado por los cefalópodos, por ejemplo, el pulpo, la sepia y el calamar. Antes de comerlos hay que congelarlos o cocinarlos, de esta forma, serán totalmente seguros.
Como afirma la doctora Audicana, "el parásito suele estar en la cavidad abdominal del pulpo y en los alrededores”. “Normalmente, no ingerimos el cuerpo ni su aparato digestivo, así que con un simple control visual (el parásito es visible porque mide un par de centímetros) no debería de dar problemas”, añade.
Como en el caso de los moluscos blandos, con los pescados hay que prestar mucha atención y congelarlos y cocinarlos con antelación para que, si llegamos a ingerir al parásito, éste ya esté muerto.
Si se trata de pescados de agua dulce no existe ningún riesgo, puesto que el anisakis solamente aparece en los de mar, donde “el más seguro” es el salmón, puesto que en su mayoría, los ejemplares que consumimos en España son criados en piscifactorías garantizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Aunque hay que tener precaución a la hora de consumir todos estos alimentos y seguir los consejos de la Aecosan en cuanto a su conservación y cocción, se pueden comer sin ningún miedo a padecer anisakidosis, la enfermedad causada por este parásito. Desde Conectando Pacientes, te animamos a seguir consumiendo pescado, eso sí, tomando las debidas precauciones.
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Conectando Pacientes