ANISAKIS - 13 de marzo de 2020
En los últimos años se ha conseguido controlar de una manera más o menos efectiva los contagios por anisakis con diversos planes por parte de las autoridades sanitarias: concienciación del gran público sobre el parásito, protocolos para que los profesionales médicos puedan actuar de manera efectiva, o una guía con medidas preventivas para consumir cualquier tipo de pescado o marisco de manera totalmente segura. Por otro lado, cada vez es más habitual encontrarse en la pescadería ejemplares de peces que se han criado en piscifactorías, las granjas de pescados.
Al unir estos dos factores, muchos son los que se han planteado la duda de si este tipo de pescados criados en cautividad se ven afectados por el temido parásito y si es mejor o peor que los de origen salvaje a la hora de evitar ser parasitados. Sin embargo, esta pregunta tiene fácil respuesta y solo hay que ir a la estricta legislación europea y española en esta materia para encontrarla.
Al igual que en la pesca salvaje, la normativa europea con respecto a las especies procedentes de la acuicultura es muy estricta y somete a controles muy severos a los ejemplares que se crían en este tipo de espacios, por ello, el pescado de piscifactoría esta también muy controlado.
En la pesca salvaje es muy frecuente la práctica de eviscerar los pescados en el mismo barco nada más ser capturados y tirar los restos al mar. De esta manera, se crea un círculo vicioso, puesto que los peces que permanecen libres en el mar se alimentan de esas vísceras, que pueden albergar en su interior el anisakis y sus huevos, y se aumenta la probabilidad de que es este parásito se contagie de unos peces a otros.
En cambio, en las granjas de pescado es mucho más fácil controlar las plagas de parásitos porque son superficies infinitamente más pequeñas que los mares y los océanos y, en ellas, los animales son alimentados con piensos, dificultando así que el anisakis encuentre nuevos huéspedes donde alojarse y seguir reproduciéndose. De este modo, los casos de parásitos son mucho menores y aislados.
Tal es la seguridad que existe sobre la seguridad de los pescados de piscifactoría, que en 2011 la Unión Europea estableció que ya no es necesario que pasen por un proceso de congelación los ejemplares destinados a restauración, como sí obligaba hasta entonces.
Es más, tal y como afirma J.M. Mulet, investigador y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y autor de diferentes libros acerca de una alimentación sana, “en España nunca se ha encontrado anisakis en una piscifactoría”.
En los casos en los que se consume un pescado procedente de alguna granja de la Unión Europea, aclara que “toda la comida que entra en Europa está obligada a cumplir los mismos requisitos de calidad que la producida aquí”. “Cada año la agencia que se encarga de hacer las inspecciones en frontera (la RASFF) publica un informe de partidas retiradas, y normalmente el pescado de piscifactoría no es lo más problemático", concluye Mulet.
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