ANEMIA FERROPÉNICA - 23 de julio de 2020
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la anemia afecta en la actualidad a alrededor de 1.620 millones de personas en todo el mundo, lo que se traduce en casi el 25% de la población total. La consecuencia más generalizada que produce la patología es la disminución de la capacidad inmune del propio organismo. Ahora, un estudio codirigido por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha encontrado evidencias que refuerzan esta idea.
La investigación publicada en la revista Science Translational Medicine, se centró en analizar la sangre de una muestra de niños de Tanzania y de Mozambique. La conclusión a la que han llegado es que la ubicación geográfica y la edad de la persona son los factores que podrían tener mayor influencia sobre el perfil del sistema inmune.
Además, en la investigación, codirigida por el ISGlobal, el Babraham Institute (Reino Unido) y el Swiss Tropical and Public Health Institute (Suiza), en colaboración con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) de Mozambique, ha podido observar que la anemia puede jugar un papel importante en la respuesta del organismo a las vacunas, pudiendo reducir su eficacia. Un descubrimiento que, según los investigadores, podría servir de gran ayuda a la hora de diseñar vacunas más eficaces para los niños de los países más desfavorecidos.
Carlota Dobaño, coordinadora del equipo y bióloga del ISGlobal, afirma que los primeros años de vida resultan cruciales para el desarrollo del sistema inmunológico puesto que es el periodo en el que la respuesta a las vacunas es peor y se es más susceptible a las infecciones.
En un principio, el objetivo del estudio era el de identificar qué factores son los que configuran el sistema inmune en edades tempranas. Para ello, se sirvieron de muestras de sangre de niños y niñas de Mozambique y de Tanzania, durante la tercera fase del ensayo clínico para la vacuna RTS,S para hacer frente a la malaria.
Con los análisis de las muestras de sangre obtenidas, el grupo de científicos estudiaron, durante 32 meses, el porcentaje de los diferentes tipos de células que forman el sistema inmune, es decir, inmunofenotipo. De esta forma, pudieron observar que, en los niños de la zona de África subsahariana, el sistema inmune se termina de desarrollar en una edad más temprana, en comparación con personas de la misma edad de origen holandés.
Como explica la también investigadora del ISGlobal y coautora del estudio, Gemma Moncunill, esta maduración más precoz “se podría deber a una mayor exposición a ciertos patógenos desde edades tempranas".
Por otro lado, también observaron que existían diferencias entre los sujetos de Mozambique y los de Tanzania. El perfil inmune de los primeros estaba más activo que el de los segundos. Este hecho se podría explicar por los niveles bajos de hemoglobina, proteína que traslada el oxígeno en la sangre.
Las pruebas realizadas en el laboratorio del Babraham Institute ratifican la idea de que la falta de hierro reduce la diferenciación de células productoras de anticuerpos in vitro. “La deficiencia de hierro puede afectar a la inmunidad adquirida en niños anémicos”, concluye Dobaño.
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