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¿Pensando en dejar de fumar? Los 8 errores más comunes

SALUD PULMONAR - 23 de mayo de 2024

Tomar la decisión de dejar de fumar es un proceso complicado y sobretodo cargado de ambivalencia. Suena a algo así como “sé que tengo que dejar de fumar pero a la vez no quiero”.

Esta ambivalencia tan común en los fumadores conlleva a que el proceso de dejar de fumar esté cargado de intentos fallidos y periodos de pausa a la espera de la motivación suficiente.

En este artículo te reflejamos los 10 errores más comunes, para que ahorres intentos y asientes las bases para dejar atrás definitivamente este hábito.

  1. Error 1. No tener una buena base en la decisión.
    Dejar de fumar es, ante todo, una decisión. Y como en toda decisión, no es suficiente con la motivación. La motivación viene y va (hay días que estaremos más motivados, enérgicos, convencidos y otros en los que nos costará mucho más). Lo que marcará la diferencia será que tengamos unos muy buenos argumentos.

  2. Error 2. Argumentos generales sin motivos personales.

    Quiero dejar de fumar por salud”, “es malo para mis pulmones”, “quiero dejar de fumar porque mi pareja me insiste y tiene razón”
    Estos son motivos muy comunes pero generales, vagos e impersonales. Debes buscar motivos propios, reales, aplicables a tu vida. Por ejemplo: “Quiero dejar de fumar para … poder subir las escaleras sin ahogarme, para sentirme coherente con mis valores, para dar ejemplo a mis hijos, para poder envejecer sano y ver crecer a mis nietos, para ahorrar dinero”.

  3. Error 3. Atribuir al tabaco un efecto “calmante” o ansiolítico.
    ¿Quién no ha escuchado alguna vez “estoy de los nervios, me tengo que fumar un cigarro”? Lo cierto es que el tabaco lejos de tener propiedades relajantes es, en realidad, una sustancia estimulante. Lo que percibimos como “calma” tiene que ver con el alivio de los síntomas de abstinencia generados por la falta de nicotina desde el cigarrillo anterior. O también por la incomodidad de no tener algo con lo que distraernos de nuestras propias sensaciones. En cualquier caso, grabaremos en nuestra mente que el tabaco en sí mismo no tiene un efecto relajante

  4. Error 4. Subestimar la dificultad de dejar de fumar.
    Cuidado con querer ir demasiado rápido y apoyarnos en la famosa “fuerza de voluntad”. Hay situaciones y rutinas que precipitarán las ganas de fumar y hay que ser muy consciente de cuándo es y cuándo no el momento de exponerse a las mismas.

  5. Error 5. Querer dejar de fumar sin cambiar la rutina
    Hay rutinas tremendamente asociadas al consumo de tabaco. A veces, nos olvidamos de que es una adicción. Por ejemplo: El cigarrillo del descanso de trabajar, de después del café, el cigarro de esperar a alguien. Todo esto supondrá que cuando nos veamos en esa situación se disparará el deseo de fumar ya que lo tenemos asociado. Debemos tener localizadas esas situaciones para reestructurarlas. Por ejemplo, cuando estamos esperando a alguien, en lugar de encender un cigarrillo, acostumbrarnos a hacer alguna llamada.

  6. Error 6. Pasar por alto los posibles “sustitutos”.
    Una de las tendencias más frecuentes cuando estamos dispuestos a eliminar el tabaco de nuestras vidas es centrarnos solamente en el tabaco, cuando en realidad, es también una eliminación del hábito de tener algo en la boca. Cuando pasamos esto por alto, es frecuente que se sustituya el cigarro por comida o bebidas como el alcohol. Al principio, puede que de una forma sutil (picoteos entre horas, chicles, o alguna cerveza al llegar a casa, pero es común que este hábito vaya evolucionando hasta convertirse en una dificultad). ¿La solución? Dejar de fumar es dejar los cigarros pero también buscar una forma de sentir bienestar diferente a tener algo en la boca.

  7. Error 7. No buscar recursos aliados
    Si has empezado a fumar y te has mantenido fumando es por algo, cumplía una función. Normalmente, de búsqueda de calma. Es importante encontrar recursos que te ayuden a manejar este impulso. Por ejemplo, la actividad física es una de las herramientas que mejor neutralizan el impacto a nivel emocional.

  8. Error 8. Descartar ayuda farmacológica o psicológica
    Dejar de fumar no es una tarea sencilla. Para el fumador/a, el acto de fumar cumple una función en su vida (de evasión, de compañía, de disfrute, de socialización, de descanso). A veces, si el acto de fumar está enredado en otras dinámicas más complejas de romper puede ser de mucha utilidad recurrir a ayuda profesional. 

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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