DIABETES - 1 de febrero de 2025
La Diabetes Mellitus (DM), un trastorno metabólico caracterizado por la presencia de hiperglucemia crónica acompañada, en mayor o menor medida, de alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos, las proteínas y los lípidos; puede tiene especial relación con la salud bucodental, es decir, al estado de los dientes, las encías y la boca. Los niveles elevados de glucosa pueden favorecer el crecimiento de bacterias nocivas y así aumentar el riesgo de la gingivitis y la periodontitis, estas afecciones, a su vez, pueden dificultar el control de los niveles de glucosa en sangre.
La diabetes es una enfermedad crónica, pero controlable. Los primeros signos y síntomas de diabetes pueden aparecer en la boca. Por lo tanto, controlar su salud bucal puede permitir un diagnóstico y tratamiento precoces.Entre las manifestaciones más comunes cabe destacar: sequedad de boca, caries, enfermedad periodontal y gingivitis, candidiasis oral, síndrome de boca ardiente, trastornos del gusto, zigomicosis rino cerebral (mucormicosis), aspergilosis, liquen plano oral, lengua geográfica y lengua fisurada, cicatrización tardía de las heridas, aumento de la incidencia de infección, disfunción salival e hipertrofia parotídea benigna1.
Los diabéticos pueden tener una mayor concentración de azúcar en la saliva, así como una boca muy seca. Estas condiciones crean un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias, donde, si la higiene bucal diaria es deficiente, es muy fácil que la placa bacteriana se acumule y se adhiera a las superficies de los dientes, lo que puede provocar caries.
El diabético no controlado suele presentar una diuresis (secreción de orina) mayor de lo habitual, lo que puede originar una situación de deshidratación. Además, la falta de insulina provoca el mal funcionamiento de determinados órganos, entre ellos, las glándulas salivares.
Esta disminución del flujo salival y el aumento de los niveles de glucosa en la saliva convierte a la boca en el escenario ideal para infecciones fúngicas (hongos) como la candidiasis2.
La diabetes reduce la resistencia del cuerpo a las infecciones y ralentiza el proceso de cicatrización. Si no se controla, puede dañar los leucocitos (glóbulos blancos), la principal defensa del cuerpo contra las infecciones. Esta es la razón por la que las infecciones bucales pueden volverse más graves en personas con diabetes no controlada.
La periodontitis es la principal complicación oral atribuida a la diabetes, considerada la sexta complicación de la diabetes mellitus. Es una infección de los tejidos que sostienen los dientes en su lugar3. Su etapa inicial, también llamada gingivitis, se caracteriza por encías inflamadas, sensibles o sangrantes4. Si no se controla puede provocar la pérdida del hueso y los tejidos que soportan los dientes. Además, la inflamación sistémica puede exacerbar la resistencia a la insulina y, por tanto, el control de la diabetes.
El número de personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 463 millones en la actualidad. Por ello, es fundamental luchar por una información completa sobre lo que conlleva la enfermedad.
Este enfoque de atención integral no sólo garantiza un buen control de la salud bucodental de la persona, sino que también mejora la comprensión de la interacción entre la diabetes y la salud bucodental, proporcionando a las personas con diabetes el apoyo que necesitan para su salud y bienestar generales.
Referencias consultadas:
Consejo dentistas y Fundación Dental Española -Campana-Diabetes-2022-
Consejo dentistas y Fundación Dental Española-GUIA SALUD ORAL Y DIABETES
Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial- La enfermedad periodontal (de las encías)
Federación Internacional de Diabetes- Diabetes y salud bucodental
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