Resfriados de verano: qué son y cómo tratarlos

VIDA SALUDABLE - 26 de julio de 2024

Los resfriados son comunes durante todo el año, especialmente en los meses de frio, pero nos parece que en verano son más extraños. Aunque muchas veces se pueden confundir con una gripe, los resfriados de verano tienen sus propias características, por lo que es importante tratarlos adecuadamente.

El resfriado de verano es una infección respiratoria parecida a la gripe y que está causada por unas variedades de virus diferentes al de esta. Los resfriados de verano se caracterizan por síntomas más leves que la gripe, como tos, ronquera, dolor de garganta y congestión nasal. Aunque pueden aparecer otros síntomas como dolor de cabeza y estómago, este tipo de resfriado no suele ser muy grave.

Están causados principalmente por una serie de virus que se vuelven más activos durante los meses cálidos y húmedos. Estos virus se transmiten principalmente por el contacto con secreciones de una persona infectada, ya sea por tocar superficies contaminadas o por las gotitas que se expulsan al toser, estornudar o hablar. El uso excesivo de aire acondicionado o ventiladores también pueden contribuir a la propagación, al resecar las membranas mucosas y facilitar la entrada de los virus.

Los síntomas de los resfriados de verano suelen aparecer gradualmente, y son menos graves que los de la gripe común. Los principales síntomas son la tos, ronquera, dolor de garganta, congestión nasal, dolor de cabeza, fiebre leve y en algunos casos, malestar estomacal y diarrea.

La duración de los resfriados de verano es de entre 6 y 14 días, aunque en algunos casos los síntomas pueden durar hasta 3 semanas. Es importante tener paciencia y dejar que el cuerpo se recupere. Al no existir un tratamiento específico para este tipo de resfriados, las indicaciones para sobrellevarlo se centran en aliviar los síntomas, como:

Beber muchos líquidos para mantenernos hidratados, especialmente agua, té y caldos.
Aliviar la congestión nasal y la tos con remedios caseros de tomillo, jengibre y lavados nasales.
Descansar todo el tiempo posible y evitar el estrés, que puede debilitar el sistema inmunológico.
Seguir una dieta rica en frutas, verduras y proteínas, para fortalecer el organismo.
Evitar el consumo de tabaco y alcohol, que pueden empeorar los síntomas.

Para prevenir los resfriados de verano, es importante adoptar algunas medidas sencillas:

Lavarnos las manos frecuentemente con agua y jabón.
Intentar no tocarnos la cara, especialmente los ojos, la nariz y la boca, para evitar la entrada de virus.
Mantener una distancia prudencial con personas que tengan resfriado.
Ventilar convenientemente los espacios cerrados y evitar el uso excesivo de aire acondicionado.
Mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio moderado y descansar todo lo posible.

Fuentes consultadas: