VIDA SALUDABLE - 10 de abril de 2020
Ahora que pasamos tanto tiempo en casa somos muchos los que nos estamos animando a practicar algún deporte utilizando las plataformas online o los videos en directo que ofrecen nuestros centros deportivos o profesionales del sector.
Las redes sociales están siendo de gran utilidad ya que permiten conectar a muchas personas al mismo tiempo y sientes casi la misma motivación que en una clase grupal en el gimnasio. En mi caso, solía ir al gimnasio mínimo 4 o 5 días en semana y aunque lo que más me gusta son las clases grupales, muchos días acababa en la sala fitness haciendo mi tabla de ejercicios sola, ya que cuando salía del trabajo ya no llegaba a tiempo a ninguna clase colectiva que me gustara.
En cambio, ahora, gracias al tiempo que pasamos en casa puedo elegir qué clase grupal me apetece más. Es por eso que me planteé lo siguiente: ¿elijo yoga o pilates? ¿Será mejor empezar y centrarme en una de estas dos disciplinas o podría ir combinándolas sin ningún problema?
Se trata no solo de una disciplina sino de un estilo de vida. Su filosofía se basa en la unión del cuerpo y la mente. Las asanas son las diferentes posturas del yoga que nos ayudan a poner en movimiento todos los músculos del cuerpo, relajarnos y ganar flexibilidad. Además, se trabaja la concentración, aprendemos a meditar para conocernos mejor a nosotros mismos y lograr así la paz mental.
Todos conocemos a alguien que practica yoga y dice que “engancha” así que tarde o temprano quiero probarlo.
Este método se ha convertido en un referente en el mundo de la rehabilitación, sobre todo en lo referente a problemas de espalda. Trata de conectar la fuerza muscular con el control mental. Entre otras muchas cosas en Pilates se trabaja el control corporal y postural, la concentración, la precisión y la respiración. También la musculatura abdominal, la lumbar y los glúteos. Esta disciplina nos ayuda a mejorar la postura y fomenta la flexibilidad. Además, tiene grandes beneficios psicológicos ya que reduce el estrés, mejora la concentración, ayuda a conciliar el sueño y mejora la autoestima.
Lo ideal sería combinar ambas disciplinas ya que las dos aportan grandes beneficios totalmente compatibles. En mi caso, ya practiqué Pilates hace unos años y me encantó y la verdad es que tengo mucha curiosidad por ver cómo me va en el yoga.
Espero que os animéis a probar alguna de estas disciplinas, quizá descubráis algo nuevo de vosotros mismos a la vez que cuidáis vuestro cuerpo y vuestra mente. Ya os contaré qué tal me va y cómo está siendo mi progreso.
Redactado por:
Cristina Lucerón