VIDA SALUDABLE - 14 de abril de 2023
A pesar de que es ampliamente reconocido que los cambios hormonales implicados en nuestro ciclo menstrual tienen un gran impacto emocional (pudiendo experimentar diferentes sensaciones a lo largo de las fases del ciclo), lo cierto es que la visión que tradicionalmente se ha tenido sobre este tema es de alguna manera negativa o tabú. Así, socialmente se suele buscar que los cambios hormonales no tengan impacto o que se noten lo menos posible. En otras palabras, se da valor a permanecer estable, regulada y calmada ya que se entienden estas fluctuaciones anímicas como algo a evitar.
Sin embargo, esta visión de la mujer no es realista. Lo cierto es que el mundo emocional de las mujeres es cíclico, somos cíclicas y es completamente sano y natural experimentar una serie de cambios tanto en nuestro cuerpo como en nuestra psique a medida que recorremos los cambios hormonales que experimenta nuestro cuerpo mes a mes.
En la actualidad, cada vez está más extendida esta nueva visión del ciclo menstrual en la que lejos de intentar que “no nos afecten los cambios del mismo” entendamos: por un lado, cómo funciona nuestro cuerpo y por otro, cómo nos afecta los cambios que experimenta.
En este artículo, haremos un viaje sobre el ciclo menstrual de la mujer, los cambios emocionales que experimenta y de qué manera podemos no luchar sino sacar partido y aprovechar las posibilidades que ofrece cada fase del ciclo.
Como paréntesis, es importante enfatizar que hablamos de cambios a nivel general, desde luego sin restar importancia a la particularidad de cada mujer a la hora de experimentar su ciclo. Cada ciclo es particular y personal.
Para explicar los cambios emocionales, emplearemos como referencia un ciclo menstrual de 29 días dividido en cuatro fases principales:
1. Comenzamos con la fase menstrual. Días 1-5 aproximadamente
Es la fase en la que se encuentran los niveles hormonales más bajos. Se trata de una fase de energía baja, y de carácter más reflexivo en la que solemos encontrarnos más agotadas por lo que de forma natural nos nace estar más introvertidas, para dentro y con calma.
Culturalmente, se suele percibir como una fase negativa, que queremos que pase pronto y se termine lo antes posible. No nos enseñan a sacar ventaja de esta fase para conectar con nosotras mismas y aprovechar el descanso que nos ofrece.
2. Se da paso a la fase preovulatoria. Días 6-13 aproximadamente.
El folículo madura y se producen más estrógenos. Consiste en una fase en la que se gana más energía, crece la motivación, la concentración y retentiva, el deseo de explorar, de hacer y de interactuar con los demás.
Por ello, es un buen momento para planificar el resto del mes de las tareas por hacer, comenzar poco a poco a hacerlas frente, estudiar o aprender cosas nuevas.
3. Llegamos al ecuador del ciclo, la fase de ovulación. Días 14-18 aproximadamente.
Se trata de una fase en la que están ocurriendo cambios muy rápidos, el estrógeno llega a su punto máximo al igual que la testosterona. ¿Cuáles son los efectos de estos cambios hormonales?
Es un momento de plenitud en la que la energía está en los niveles máximos y por ello, solemos sentirnos con ganas de conectar con los demás, más productivas, y mucho más descansadas de lo habitual.
4. Finalmente, tras la ovulación llega la fase postovulatoria o premenstrual. Días 19-29 aproximadamente.
Se trata de una fase temida por muchas mujeres por el alto impacto emocional que implica. A nivel hormonal domina la progesterona y hacia el final de la fase los niveles hormonales decrecen.
De trata de un momento con una energía emocional más caótica, protagonizada por la fluctuación emocional, el cuestionamiento de nosotras mismas y de los demás, así como la fase en la que acontece el famoso síndrome premenstrual.
¿Lo importante? Dejar de luchar con intentar no sentirnos mal, simplemente escuchar lo que nuestras emociones y pensamientos nos quieren decir, ponerlos en cuarentena y posponer cualquier decisión al respecto.
Es esencial conocer cómo funciona el cuerpo humano de la mujer. La importancia no sólo reside en conocer estos ciclos hormonales sino en descubrir los tuyos propios y sus particularidades. Atender a las sensaciones de tu cuerpo, identificar cómo te vas sintiendo y validar que es completamente natural, te ayudará a quitarte presión y a no magnificar cada sensación que tengas. Con esto, no queremos decir que puedas “justificar” cada emoción con el ciclo menstrual, desde luego si una emoción se repite de forma recurrente, merece que nos detengamos a preguntarnos qué nos está sucediendo, sino simplemente ayudará a entender, no magnificar, cuestionar o invalidar los cambios emocionales completamente sanos que podamos tener.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria